La agroalimentación duplicará su peso en el PIB y la automoción retrocede
Un estudio encargado por Caja Viva Caja Rural y la patronal FAE augura un crecimiento exponencial del sector Primario y la industria agroalimentaria en un horizonte de 8 años en Burgos
Un estudio predice que la agroindustria duplicará su peso en el Producto Interior Bruto de la provincia en la próxima década, mientras otros sectores industriales como el auxiliar de la automoción, perderán influencia. Según el informe CARVIC, Ingeniería y Servicios, para Caja Viva-Caja Rural y la confederación de empresarios, FAE, se prevé un crecimiento interanual del 5% en la industria alimentaria, cuando el global del sector industrial podría retroceder un 2% en este periodo. Al sector primario también se le augura un avance exponencial, sujeto como está a variables de origen externo, como la volatilidad de precios y los cambios en la demanda. Carlos Vicente, ingeniero agrónomo, calcula que se crearán cerca de un centenar de empresas nuevas con casi un millar de empleos asociados en la industria alimentaria hasta 2029.
El 20% de la actividad primaria y agroindustrial de Castilla y León se genera en Burgos y el 10% de la industria burgalesa pertenece al sector agroalimentario, lo que supone un 7% del Producto Interior Bruto de la economía provincial. Así lo destaca el director de Caja Viva-Caja Rural, Ramón Sobremonte, que asegura que el sector es una de las locomotoras de la exportación. Reconoce que hay más dificultad para crear nuevas empresas en la agricultura y pide no demonizar la ganadería intensiva, que ha garantizado la alimentación de los países europeos en las últimas décadas, con garantías sanitarias y a buenos precios.
El estudio CARVIC propone la elaboración de un Plan Estratégico de la ganadería que establezca un mapa de implantación de explotaciones con seguridad sanitaria y ambiental, que permita un crecimiento equilibrado, además de favorecer la agrupación de explotaciones. El presidente de FAE, Miguel Ángel Benavente, cree que el pequeño tamaño de las granjas es una debilidad, mientras destaca la pujanza de la industria del procesado de alimentos en Burgos, por ejemplo, la carne y el pescado. La digitalización es, como en otros sectores de la economía provincial, una de las amenazas para la competitividad de las empresas agroalimentarias, que deben aprovechar los fondos europeos que están llegando para impulsar su crecimiento, según Benavente.
La tendencia al envejecimiento y la despoblación, junto a la falta de una normativa estricta en la importación de productos alimentarios de países escasamente regulados, son dos de las amenazas para que se cumplan las buenas expectativas de este estudio, del que se ha excluido a multinacionales como Campofrío, Pascual o San Miguel, que hubieran distorsionado las conclusiones. Sin contar con estas grandes compañías, la agroindustria cuenta con casi 500 empresas y da trabajo a más de 11.000 personas en la provincia.