Marruecos y España incumplen el acuerdo de readmisión de menores

Nador

La Delegación de Gobierno de la ciudad autónoma de Melilla (CAM) y los partidos políticos en la oposición llevan meses solicitando al Gobierno central que España exija a Marruecos el cumplimiento del acuerdo de devolución o expulsión de menores, en su desesperación por quitarse la responsabilidad de acoger a los menores extranjeros no acompañados (MENA) que llegan por la frontera marroquí.

Lo firmaron ambos países en 2003 y tras sucesivas actualizaciones, la última de 2013, sigue sin aplicarse. Versa sobre cooperación en materia de prevención de la inmigración ilegal de menores no acompañados, su protección y su vuelta concertada. El documento obliga a medidas como levantar acta del acuerdo cada seis meses, exige la creación de un comité de seguimiento y tendrían que mantener dos reuniones anuales, una en Marruecos y otra en España. Nada de todo esto se cumple.

"No hay una comunicación fluida entre España y Marruecos. Debería existir algún registro para que de forma inmediata se les comunicara a las autoridades marroquíes los niños que han entrado en Melilla, porque muchos vienen documentados", se quejó a la Cadena SER Dunia Almansouri, diputada del partido Coalición por Melilla. Es el caso de Hamza de Casablanca, el último niño de 15 años que murió de hipotermia el pasado mes de marzo al intentar alcanzar un barco para llegar a la península. Su familia había comunicado la desaparición y existía una denuncia puesta en Marruecos. Llevaba mes y medio en el centro de menores el Fuerte de la Purísima, por lo que estaba dentro del sistema de protección.

Es el cuarto menor que pierde la vida en año y medio. En mayo de 2015 Oussama se precipitó por uno de los acantilados de acceso al puerto. «Había cumplido recientemente la mayoría de edad, y pese a haber estado tutelado por la CAM no tenía ningún tipo de residencia, por lo que se encontraba totalmente desamparado y abandonado por cualquier ley de protección», denuncia la asociación Harraga. Otro chico se ahogó entrando a Melilla a nado desde el puerto de Beni Ensar (Marruecos), y Moussif también perdió la vida ahogado cerca del barco al que se intentaba agarrar el 31 de diciembre para entrar en la península. Las autoridades locales declararon que el menor «se encontraba en proceso de determinación de edad» y no se responsabilizaron del suceso.

En todos los casos de fallecimiento, la ciudad autónoma se ha desentendido y no se ha facilitado la repatriación de los cuerpos a su ciudad natal. "Muchas de estas muertes podrían haberse evitado si existieran vías legales y seguras para acceder a Europa, como reclama ACCEM y todas las organizaciones no gubernamentales especializadas", mantiene Harraga.

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Reagrupación familiar o centro de menores

«El primer intento sería localizar a los padres, si los tuvieran, y devolverlos a su núcleo familiar; y si no la posibilidad de construir centros reconocidos de menores en Marruecos que cumplan con unas garantías mínimas para acoger a estos niños y adolescentes», defendieron a la SER tanto la Guardia Civil, Coalición por Melilla, como la Asociación de Marroquíes Residentes en España (Aumere).

Precisamente en el acuerdo bilateral son las dos únicas posibilidades que se contemplan en el caso de devolución del menor a Marruecos, "la reagrupación familiar o poner al menor a disposición de los servicios de protección de menores de su país".

Para la organización internacional Human Rights Watch no existen garantías de que el retorno de un niño conforme a este acuerdo represente una solución segura y duradera que redunde en el mejor interés del menor. Y lo deja claro en su manual 'Callejón sin salida: menores extranjeros no acompañados' (2002), donde precisa que «el acuerdo carece de precisiones sobre cómo determinar el mejor interés del menor teniendo en cuenta una variedad de factores, como la seguridad, las condiciones socioeconómicas y los arreglos para su cuidado en el país de origen; así como la continuidad de la educación del niño y el nivel de integración en el país de acogida».

Sensibilizar a las familias marroquíes

El Gobierno melillense ha propuesto una campaña de sensibilización, con el apoyo de la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, para evitar que familias de Marruecos manden a sus hijos a Melilla. En algunos casos son los propios padres los que les empujan a cruzar la frontera porque en un centro de acogida van a disfrutar de unas mejores condiciones de vida que las que ellos pueden ofrecerles, además pueden obtener la documentación española y solicitar la reagrupación familiar. Esta iniciativa también servirá para informar a los padres de que existen mafias que se benefician de la llegada de menores a Ceuta y Melilla, según investigan las autoridades.

La Delegación del Gobierno ha puesto en marcha un nuevo decreto de acogida y de adopción que permitiría a los melillenses criar a menores extranjeros durante dos años a cambio de 300 euros. Aunque esta medida se podría extender a otras comunidades autónomas en la península. De momento se ha ofrecido a Andalucía. En este caso se pagarían 500 euros por menor de 0 a 12 años, por un periodo de seis meses a dos años, e incluso podría ser de manera permanente, pero sin llegar a la adopción. «Se considera una alternativa natural en la que el menor puede establecer vínculos con adultos estables y beneficiarse de la convivencia familiar», defendió Agustín Ruiz Cubierta en el informe 'Dejadnos crecer. Menores migrantes bajo tutela institucional' (2014). En este documento explica los cuatro modelos de acogida en España: centro de primera acogida, centros residenciales, centros de modificación de conducta y familias de acogida.

A lo largo de los últimos meses el Gobierno local barajó incluso la posibilidad de instalar tiendas de campaña ante la saturación en los centros de acogida. Esta medida ya se llevó a cabo en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) en 2014 para acoger a más de 1.500 residentes. Desde Bienestar Social aseguran que se aumentará el presupuesto de La Purísima pero habrá un número máximo de residentes.

Las fuerzas de seguridad, las autoridades y las asociaciones españolas trabajan en planes para reducir la entrada de MENA. En mayo se celebró una mesa redonda organizada por Aumere en Segangan (Nador) con todas las partes implicadas "para analizar la realidad de estos niños desde un punto de vista humanitario y concienciar a la sociedad sobre los riesgos a los que se enfrentan los menores", explicó a la SER su presidente, Ahmed Bohjar. El consejero de Bienestar Social de Melilla, Daniel Ventura, no acudió porque necesitaba una autorización del Gobierno marroquí y el documento que le remitieron era "demasiado ambiguo", justificó en la prensa local.

Habrá que esperar hasta el próximo mes de noviembre cuando se celebrarán unas jornadas internacionales en Melilla para analizar cuál es la situación de los niños extranjeros menores no acompañados y valorar posibles soluciones.