¡Dejadnos en paz!
"Aquí no hay ninguna gestión de éxito de la pandemia, no se puede presumir, no hay ningún motivo para felicitarse de nada. Eso por un lado; por otro, tampoco hay nadie que haya tomado decisiones para que la gente se contagie y se muera. ¡Dejen de decir estupideces y de insultar! Porque nos insultan a todos", la opinión de Carles Francino
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Madrid
Bienvenidos un día más a esta ‘Ventana de la resistencia y el confinamiento’. Hoy quiero compartir una frase que me parece para enmarcar. A ver si alguien se la graba en la cocorota. Dice: “La enemiga de la prosperidad es la incertidumbre que genera la mala política”. El autor de la frase es un noruego llamado Finn Kydland, investigador de la reserva federal de Estados Unidos, premio nobel de economía y un gran conocedor de España. Hoy le entrevistan en la contra del diario ‘La Vanguardia’ y creo que su diagnóstico, rotundo, contundente, argumentado, nos llega en un momento muy oportuno: justo el mismo día que el Congreso ha vivido otro amago de batalla campal entre un gobierno de izquierdas y una oposición de derechas, y cuando este clima crispado, de enfrentamiento, ya es evidente que se extiende por casi todas partes. En España, claro, porque en otros países la cosa es muy distinta.
Así que las palabras de este premio nobel, que por lo demás establece una analogía muy interesante entre los bares y la industria aeronáutica, sus palabras nos permitirían plantear un ruego… ¡Qué carajo un ruego: una exigencia! ¿Podrían olvidarse todos de la batalla por el poder? ¿Podrían, por una vez, resistirse a la tentación del ajuste de cuentas? ¿Podrían aparcar sus obsesiones?
Aquí no hay ninguna gestión de éxito de la pandemia, no se puede presumir, no hay ningún motivo para felicitarse de nada. Eso por un lado; por otro, tampoco hay nadie que haya tomado decisiones para que la gente se contagie y se muera. ¡Dejen de decir estupideces y de insultar! Porque nos insultan a todos.
Y, por cierto, tampoco hay científicos torpes que se equivocan cada día ni otros geniales que aciertan siempre. ¡No los utilicen también para sus líos, por favor! Lo que más necesitamos para salir de esta lo mejor posible es un mínimo de unidad y de lealtad. Si no pueden conseguirlo en estas circunstancias, si con el mundo parado y la gente asustada, y muriéndose, son incapaces de ponerse de acuerdo… al menos que nos dejen en paz.