Los sanitarios que queremos en el futuro
Mar, la enfermera del Hospital 12 de Octubre que nos contó su impotencia ante la frialdad que se ven obligados a mostrar estos días, nos lleva a reflexionar si la formación de futuros profesionales no debería incluir un aspecto más humanista
Un doctor hace el símbolo de victoria tras revisar el estado de un paciente infectado de coronavirus / Getty Images
Madrid
Los sanitarios, al igual que los educadores, ejercen una función social. Pero en sus años de preparación no hay ninguna asignatura en la que les enseñen a trabajar con seres humanos. Se obvian las “habilidades para la vida” de las que habla la OMS.
Ana Martínez Pérez, antropóloga y profesora de Sociología en la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid, incide en la empatía. “Recibimos una educación formal y otra informal (viajando, relacionándonos con otras personas, familia). Puedes ser empático por esa educación informal. Pero si no la has tenido, el sistema educativo debería aportarlo”.
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Una formación más humanista para los sanitarios del futuro
Saben relacionarse con máquinas. Es importante que aprendan a hacerlo con personas. Durante 5 años, Ana, estuvo trabajando en la Facultad de Medicina de la Universidad de las Américas en Quito. Allí le permitieron poner en marcha una asignatura: Antropología y sociología médica. Por sus clases pasaron más de 3 mil alumnos. Su metodología se basaba en la de la doctora Rita Charon (narrativa médica), de forma que trasladaba la etnografía a la medicina.
“En las clases el hilo conductor era el ciclo de la vida. Y en cada una de las fases les pedía que escribieran un relato”. El nacimiento, por ejemplo, era la excusa para que entrevistaran a sus madres y descubrieran con ellas cómo se habían sentido. Si algún día tienen que atender a una parturienta no verán a una paciente sino a una mujer que saben exactamente lo que está sintiendo.
Un médico en el hospital / Cadena SER
Un médico en el hospital / Cadena SER
“El tema de la muerte fue especialmente interesante. Primero porque con 18-19 años los alumnos tienen una percepción del riesgo nula. Piensan que son indestructibles y nunca van a morir” Les pidió que hicieran su testamento vital. ¿Qué querían hacer con su cuerpo al morir? Acababan entendiendo la importancia de la donación de órganos. (En Ecuador es muy bajo el porcentaje de donación de órganos). El problema de “dejar ir”, para ellos desconocido, daba pie a hablar de la eutanasia (buena muerte), ortotanasia (muerte correcta) y distanasia (ensañamiento). En definitiva, para entender a los pacientes necesitan crear un relato, una narrativa sobre lo que les pasa.
La imagen de un hijo ante su padre muerto en un espacio lleno de líneas invisibles, en el que nadie se puede tocar, nadie se puede acercar. Tenemos unos sanitarios muy buenos, los mejores, pero nadie les ha preparado para una situación así. Cuando todo esto pase habrá que pensar en cuáles son los profesionales que queremos. Y si esto ha de servir para algo debería ser para tomar conciencia de que hay que blindar los servicios públicos.
