A trabajar. Desde la izquierda
Haría bien Pedro Sánchez en decidirse de una vez a presentarse a la investidura
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No es conveniente acabar con la paciencia del respetable. Haría bien Pedro Sánchez en decidirse de una vez a presentarse a la investidura, más que nada para intentar que este país salga de una maldita vez de la provisionalidad y empiece a acometer las montañas de problemas que nos aquejan. Apostar a unas nuevas elecciones es como echar los dados: tentar a la suerte.
Pero no basta aprobar por los pelos la sesión de investidura, que más valdría que el presidente ya estuviera tejiendo una red de colaboración con su socio preferente, Podemos, en palabras del propio Sánchez, para enfrentar los ataques a la política de redistribución, tan necesaria, que empezarán el primer día del nuevo gobierno desde esta derecha montaraz ahora reforzada por los ultras de Vox, que llegan con la pila cargada en el hacha de sílex.
Afine el presidente toda la tarea que tiene pendiente, y logre, más temprano que tarde, que Pablo Iglesias entienda que los suyos no han conseguido asaltar los cielos, ni lo conseguirán en unas cuantas décadas, pero que al menos ya han llegado al aeropuerto, suficiente premio para su magro saco de votos.
Así pertrechado, láncese a llevar a cabo rápidamente unas cuantas reformas laborales y económicas, y quizá de esa manera pueda convencer a su electorado de que la socialdemocracia, con su enjundia, todavía puede ser de izquierdas.