Las lágrimas de John Lennon en un cine por el final de los Beatles
El cantante lloró en la soledad de un cine viendo 'Let it be', el documental que registró el final del viaje de los Beatles
Este martes el músico hubiera cumplido 78 años
Madrid
Habían pasado varias semanas desde que ‘Let it be’ había llegado a los cines y John Lennon ya estaba preparando el que sería su primer disco tras el final de la banda que había cambiado el rumbo de la música.
Pero aquella tarde de primavera de 1970, mientras miraba a Paul McCartney cantar en la azotea de sus oficinas en Londres, a John se le escapaban las lágrimas recordando la aventura que habían compartido, el viaje desde las calles de Liverpool a la cima de la música pasando por el puerto de Hamburgo.
John Lennon y Yoko Ono vieron la película en un cine de San Francisco en compañía de Jann Wenner, fundador de 'Rolling Stone', y su mujer. Wenner, que adoraba a Lennon por encima de todo, miraba en silencio, y también con lágrimas, cómo su héroe lloraba viendo aquel último concierto en la azotea de Apple Records. Una visión desconocida del Beatle que Joe Hagan revela en ‘Sticky fingers’ (Ed. Neo Sounds), la biografía del creador de la icónica revista.
Lennon había viajado de Los Ángeles a San Francisco para conocer a aquel chaval que estaba revolucionando el periodismo musical con 'Rolling Stone', revista que dedicó su primera portada al cantante de Liverpool. Tras conocer la redacción de la revista y comer, las dos parejas acabaron en un cine solitario viendo la película. Tan tranquila estaba la tarde que ni la taquillera reconoció al músico que entraba a la sala a ver cómo había quedado la película que registró su último disco con los que habían sido sus amigos.
Aquellas desconocidas lágrimas muestran el dolor de Lennon con un final del que era el principal responsable. Saber qué pasaba por su cabeza en aquel cine es un enigma. Probablemente toda su historia voló por su memoria a modo de flashback. Tal vez se arrepintiese, quizá sintiese alivio. Tras la película, los Lennon y los Wenner se abrazaron en la acera y lloraron juntos antes de despedirse. Poco después el periodista consiguió lo que estaba buscando: una entrevista en exclusiva de John que dio a su joven revista un impulso definitivo.