España niega haber violado “las aguas territoriales de Gibraltar”

Madrid

Según ha confirmado el Ministerio de Asuntos Exteriores a la Cadena SER, en las últimas horas, varios barcos y efectivos de la armada española han participado en un operativo de persecución de actividades ilegales en la zona del estrecho, desde contrabandistas hasta pesca ilegal. En alguno de ellos se persiguió a los infractores hasta las cercanías de Gibraltar, porque como ha venido denunciando reiteradamente España, el Peñón se había convertido en el lugar donde se escondían de las actividades delictivas las lanchas que trafican en el estrecho y las aguas territoriales no les pertenecen a ellos sino a España.

Confirmado esto, la Oficina de la Diplomacia Española niega la acusación de haber violado las aguas territoriales de Gibraltar, porque como tales no están reconocidas en ningún lugar. En el Tratado de Utrecht por el que España cedía a la corona británica el Peñón de Gibraltar no se incluyen las aguas territoriales y este asunto se ha llevado a organismos internacionales como la Comisión Europea, quien reconoció el derecho a España a ejercer controles y vigilancia de la ley internacional, e incluso se amenazó con plantearlo ante Naciones Unidas con el apoyo de Argentina que a su vez tiene su propia disputa con las Malvinas.

Desde 2009, y hasta 2012, se producen encontronazos entre buques de la Marina Real Británica y patrulleras de la Guardia Civil en la zona marítima disputada (las aguas situadas a menos de tres millas de la costa gibraltareña, sobre las cuales España y el Tratado de Utrecht no reconocen en ningún sentido la soberanía británica), enfrentamientos por los retrasos y las dificultades en el paso fronterizo entre Gibraltar y España cada vez que se enrarecen las relaciones y un conflicto en el que ninguna de las partes parece querer llegar a un acuerdo.

Gibraltar sigue ganando terreno al mar ilegalmente, construyendo bloques de apartamento y España sigue entrando más allá de lo oficialmente permitido en la lucha contra el contrabando del estrecho.

Cada vez que hay problemas, estos repercuten directamente en los miles de gibraltareños que cruzan la frontera para viajar a España y otros tantos españoles que trabajan en Gibraltar.