La Mancomunidad de la Ribera Alta tendrá nueva sede

Tafalla

La asamblea de la Mancomunidad de la Ribera Alta ha dado el visto bueno a la compra de un local en el polígono Garagantúa de Peralta para trasladar la sede de la entidad, un objetivo que persiguen desde hace varios años, recuerda su gerente, Miguel Ángel Arrastio, porque "las oficinas actuales no dejan de ser piso pequeño con alguna barrera arquitectónica, donde no hay ni una sala de espera para el público cuando el personal administrativo está ocupado y eso ahora quedará solventado, además de poder albergar nuevos espacios de trabajo y conseguir un viejo anhelo, una sala de reuniones, ya que cada vez que hay asamblea tenemos que recurrir a la cesión de una casa de cultura".

Las nuevas instalaciones tienen 300 metros cuadrados repartidos en planta baja y primera planta, que apenas necesitan remodelación. El precio final aún está sin cerrar, reconoce Arrastio,"nos faltan por concretar algunos detalles que estarán solventados en breve". La idea es poder hacer el traslado el próximo verano.

Presupuesto y tasas

La asamblea también ha aprobado un presupuesto de gasto corriente de 3.260.800 euros y más adelante aprobará el de inversiones. De momento, se han podido cuadrar las cuentas sin subir las tasas de recogida. La presidenta de la entidad, Belén Cerdán, está satisfecha por el logro que supone "haber sido capaces de elaborar unos presupuestos con déficit cero, a pesar de la situación inflacionista que estamos viviendo". Todo ello, "manteniendo las mismas tasas de recogida que en el año 2022, que seguirá siendo de 62'13 euros anuales". Además de esta tasa, en el recibo se cobra también la Tasa de Tratamiento de Basura cuyo importe decide y va a las arcas del Consorcio de Residuos de Navarra y que subirá en 2023 quedando en 77,63 euros al año (6'59 euros más al año). Lo que junto a la tasa de recogida supone que los vecinos abonarán, por la gestión completa de la basura, 139'76 euros al año.

El gerente de la Mancomunidad indica que esta congelación "ha sido posible gracias a la reordenación de las partidas de gasto que ha permitido absorber los efectos negativos de la inflación, especialmente en las partidas de consumos energéticos, ya que en combustible pasamos de 150.000 euros a 200.000 euros. En el caso del suministro eléctrico el gasto sube un 33%, ya que por un lado hemos renegociado con la empresa comercializadora de la electricidad y también se nota la instalación de placas solares".