David Trueba: "Nosotros hacemos teatro para la gente, no para los críticos y las elites de este mundo"

Ser guapo o no serlo, esta dicotomía que crea etiquetas entre las personas, es el eje principal por el que discurre la obra de teatro Los Guapos. Una historia que supone el debut teatral de David Trueba donde se pude ver el encuentro entre dos amigos en un barrio modesto.

La conversación que gira en torno al reencuentro de estos dos amigos después de mucho tiempo, muestra dos personajes que han tenido vidas muy distintas. Un prestigioso abogado y su amiga a la "que la vida no le ha tratado muy bien" conversan en un tono muy familiar y cercano que cautiva al público desde el principio de la historia.

Esta historia, escrita del puño y letra de Trueba, desvela algunos matices biográficos que representan algunas de las vivencias que más han marcado la vida del guionista. La esencia principal de la obra puede ser el barrio donde sucede el encuentro. precisamente, para David Trueba, su vida en el barrio fue más que importante. "Vivir en un barrio imprime mucho", admite.

Trueba confiesa que se crió en un barrio de aluvión, "uno de los tantos de os que había en su momento". Además, esta condición fue algo que le marcó profundamente, ya que siempre le llamó la atención: la falta de arraigo de las personas, la carencia de historia o la homogeneidad de las personas que lo habitaban. "Éramos gente de una masa proletaria", incide.

Por otro lado, la protagonista, Anna Alarcón, admite que ha aprendido mucho con su personaje, Nuria. Encarna un personaje que ha tenido problemas a o largo de su vida, y que arrastra alguna que otra dificultad a sus espaldas. "Con cada actuación aprendes matices nuevos del personaje y que vas incorporando", destaca sobre cómo ha trabajado con el personaje de Nuria. Sin embargo, admite que es complicado meterse en la vida de un personaje como Nuria, con "con una vida tan complicada y llena de obstáculos".

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Giro de las tornas

El director, David Trueba, ha hecho una breve recorrido por su vida profesional. Y es que, admite que desde pequeño siempre quiso dedicarse al mundo del teatro y le hubiera gustado ser actor. Pero, "un ataque de fealdad" a la edad de 16 años, le hizo cambiar de opinión y se quedó detrás de las cámaras y de los escenarios: "Sin que me viera el público".

Y es que posiblemente, por esta crisis en la pubertad, que llegó a la conclusión de que "los guapos salen y tienen más ventajas en la vida, porque además está estudiado en la sociología". Es más, advierte que hasta el trato con los guapos "es mucho más cordial".

Por otro lado, Alarcón se queda con otra reflexión: "La vida tiene dos carriles, uno para los ricos y otro para los pobres".

El teatro como reinserción

Gracias al testimonio de tres reclusas en un centro penitenciario de la Comunidad de Madrid, se pude ver que el teatro ha entrado de lleno en sus vidas. Teresa, Juana y Julia, aseguran que haber tenido contacto con el teatro ha sido algo que les ha cambiado. Esta actividad de reinserción que hacen en la cárcel les ha permitido asistir a Los Guapos, y al salir, sus impresiones eran que: "La experiencia es doblemente gratificante porque porque salen con tus amigas internas y porque disfrutas del teatro".

Para concluir, Trueba no ha dudado en decir que "nosotros hacemos teatro para la gente, no para los críticos y las elites de este mundo". Junto con Alarcón, se sienten muy orgullos de llevar a la gente las sensaciones de los personajes.