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La OIEA avisa de que la rotura de la presa está bajando el nivel del agua destinada a enfriar la central de Zaporiyia

La dirección del organismo internacional se encuentra reunida para analizar la evolución de los acontecimientos aunque considera que por el momento la situación en la central es segura

Imagen de un video que muestra la riada derivada del derrumbe de la presa de Kakhovka / Anadolu Agency

Rusia y Ucrania siguen acusándose mutuamente del derrumbe de la presa de Kakhovka que ha provocado ya la evacuación de 1.300 de las 40.000 personas afectadas y la inundación de hasta 80 municipios, y que además puede conllevar un riesgo potencial para la central nuclear de Zaporiyia según ha confirmado este mediodía la Organización Internacional de la Energía Atómica.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha defendido que la detonación de la presa no afecta de forma alguna al camino en el que está inmerso Ucrania para recuperar las partes de su territorio que han sido ocupadas por las fuerzas rusas.

El Consejo de Seguridad de la ONU, por su parte, ha convocado durante la tarde de este martes una reunión urgente para tratar el suceso. Tanto el Kremlin como el gobierno de Kiev han solicitado que se celebrase cuanto antes un encuentro del máximo órgano de decisión de Naciones Unidas, ante la emergencia que ha provocado en la región ucraniana de Jersón la destrucción de la infraestructura.

El Consejo tiene bloqueada su capacidad para tomar decisiones que afecten negativamente a Rusia por el derecho a veto que mantiene el país en el organismo mundial. El propio António Guterres, secretario general de la ONU, admitió por la mañana que no tienen acceso a información "independiente" sobre las circunstancias en las que se ha producido este grave incidente.

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La dirección de la OIEA se encuentra reunida para seguir la evolución de la riada resultante minuto a minuto, ya que la central recogía buena parte del agua que necesita directamente de esa presa. El secretario general del organismo, Rafael Grossi, asegura que "ahora mismo la situación es segura", pero ha advertido también de que está bajando el nivel del agua destinada a enfriar la central.

Ese nivel está bajando a un ritmo de 5 centímetros por hora. El embalse utilizado para enfriar la central mantiene un nivel de 16 metros, pero Grossi ha señalado que "si desciende por debajo de 12,7 metros ya no se podrá bombear". También ha indicado que si no se enfría el reactor de un modo correcto, hay riesgo de una fusión del combustible y también de que colapsen los equipos destinados a suministrar energía en caso de emergencia.

Grossi ha mostrado su intención de visitar de nuevo lo antes posible la central nuclear, infraestructura que ha pedido varias veces desde el inicio de la invasión que sea protegida por el riesgo que corre por la cercanía de los bombardeos.

En todo caso, Grossi ha explicado que hay sistemas paralelos de refrigeración que se pueden usar, como otro estanque que tiene aún agua para varios meses, pero aún así la OIEA pide una reacción rápida a las partes en conflicto. De hecho, Grossi ha concluido que "es vital que este estanque permanezca intacto y que nada socave su integridad. Pido a todas las partes que aseguren que nada le va a suceder".

Presa destruida en Jersón

Posibles detonaciones en los campos de mina

La viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, ha advertido este martes de que las acumulaciones de agua derivadas de la voladura de la presa han alcanzado los campos de minas creados por los rusos alrededor de sus posiciones, con lo que puede producirse en las próximas horas una detonación masiva y "caótica" de estos artefactos explosivos. La dirigente ucraniana ha acusado al ejército de Putin de haber cometido otro crimen de una dimensión capaz de generar "una grave catástrofe ecológica y humanitaria".

El fin de esta maniobra ofensiva rusa, según Maliar, era detener la desocupación que estaban sufriendo los territorios que mantienen bajo su control, y ocultar lo que ha ocurrido en los últimas semanas en la región de Belgorod, donde el ejército ucraniano y los rusos contrarios a Putin han intensificado sus ataques. Un movimiento que ha tenido el efecto contrario al que buscaban en Moscú, ha defendido, y que ha dejado en una "situación crítica" a los ciudadanos de los municipios cercanos que se han quedado sin acceso al suministro de agua.

Antonio Martín

Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...

 
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