Manu Carreño, sobre la sanción al Valencia: "Que se preparen los ultras camuflados, porque poco a poco vamos a acabar con ellos"

Los insultos racistas a Vinicius en Mestalla ya tienen castigo. El Comité de Competición sancionado al Valencia después de que la policía detuviese este martes a tres personas por proferir insultos racistas al jugador de 22 años. El conjunto che tendrá que cerrar la grada Mario Alberto Kempes durante cinco partidos, además de pagar una multa de 45.000€. Además, la roja a Vinicius minutos después de los insultos racistas por un codazo a Hugo Duro queda anulada, por lo que podrá jugar ante el Rayo Vallecano en el próximo partido en el Santiago Bernabéu. Desde el Comité de Competición validan la alegación del Real Madrid, en la que explicaban que las imágenes que se mostraron en el VAR y que justificaban la expulsión «estaban sesgadas». La reacción del Comité de Competición llega después de que, además de los detenidos por los insultos en Mestalla, también se haya detenido en Madrid a cuatro personas por haber colgado un muñeco con la camiseta de Vinicius de un puente. Manu Carreño, director de «El Larguero», analizó la sanción de Competición 48 horas después de lo sucedido. Que se preparen, que ya va siendo hora. Que se preparen los ultras camuflados, porque poco a poco vamos a acabar con ellos. Cinco partidos de sanción en la grada Kempes de Mestalla. Sanción ejemplar. Aunque hay una sanción que hoy nos ha chocado más. Le quitan la tarjeta roja a Vinicius. Es un día para que celebremos, de verdad, y demostremos que cuando se quiere, se puede. Y si queremos, podemos. El altavoz de Vinícius, que dio la vuelta al mundo y llegó hasta el G-7, ha dado por el mundo la imagen de que España es racista. Y eso ha hecho que nos lo tomemos en serio. Hasta después de ayer, que fue el día de los comunicados, LaLiga y la Federación se han puesto de acuerdo y han ido de la mano, poniéndose a disposición del Consejo Superior de Deportes. Ayer fue el día de los comunicados y hoy es el día de los milagros. Lo veo y no lo creo. Pero hay que seguir.