"Hay que aislar ese cáncer": uno de los mayores expertos en delitos de odio en España revela la clave para acabar con el racismo en el fútbol

Madrid

¿De qué manera se puede atajar una problemática tan grande como la de los incidentes racistas en los campos de fútbol? Durante estos últimos años hemos visto a no pocos jugadores recibiendo todo tipo de insultos por el simple hecho de ser de otra raza. Entre ellos algunos como Roberto Carlos, Samuel Eto'o, Marcelo o Iñaki Williams, quien fue atacado tanto por algunos seguidores del Sporting de Gijón en 2016 como por varios aficionados del Espanyol en 2020. A todos estos casos hay que sumarles los de un Vinicius que ha tenido que aguantar todo tipo de ataques contra su persona en lo que va de temporada.

Desde insultos a pie de campo hasta el hecho de que un grupo de personas colgara un maniquí con su camiseta en un puente cercano a Valdebebas. Una situación que llevó al delantero madridista a detener el encuentro que enfrentó al Valencia CF frente al Real Madrid después de que varias personas del público le propinaran todo tipo insultos mientras estaba jugando. ¿Cómo se puede frenar este tipo de situaciones? Para resolver a esta pregunta, El Bar de la Cadena SER ha contado con el presidente del Movimiento contra la intolerancia, Esteban Ibarra, quien es considerado a día de hoy como uno de los mayores expertos en delitos de odio en España: "Ibarra siempre ha defendido que existe la ley y que lo que hace falta es aplicarla".

"Ojalá lo de Vinicius sea el factor que ponga fin a esta situación"

Algo que ha llevado a Sique Rodríguez a preguntarle acerca de las razones por las que no se aplica la ley como debería: "Ojalá lo de Vinicius sea el factor que ponga fin a esta situación. A día de hoy hay una ley administrativa, que es la ley contra la violencia y el racismo y la intolerancia en el deporte, y está el código penal". A pesar de que su organización ha denunciado tanto los insultos contra Vinicius en Mestalla, así como otros sucesos que tuvieron lugar en el Metropolitano o el anteriormente citado caso del maniquí, Ibarra denuncia que muchas de estas denuncias han sido archivadas por la Fiscalía de delitos de odio: "La única que no se archivó fue la de Iñaki Williams en Barcelona".

Bajo su punto de vista, el primer problema de que no se actúe como debería pasa por la impunidad y la indolencia institucional que ha habido durante estos últimos años: "Yo soy miembro del Observatorio del Deporte, que depende del Consejos Superior de Deportes, y no nos han convocado desde hace 10 años. Si la ley no requiere de grandes modificaciones, lo que hace falta es aplicarla la ley a fondo y cortar el problema".

El gran problema con los ultras

Bajo su punto de vista, el problema de este tipo de situaciones es que generalmente están orquestadas por grupos ultra: "Mucho de estos comportamientos están organizados y dinamizados por los grupos ultras en el fútbol. El ejemplo más claro de ello es la detención de cuatro personas que ha hecho esta mañana la policía. No es un loco, es una acción organizada. Con lo de Vinicius pasó lo mismo. Nada más bajarse del autobús ya estaban orquestados los insultos. Luego en el campo hubieron y a la salida todavía más insultos".

Después de recordar que "el derecho al insulto no existe", Ibarra ha hecho hincapié en el que el insulto racista es "un delito de odio contra la dignidad por motivo racista". Por esa misma razón, y para acabar de una vez por todas con este tipo de comportamientos, Ibarra incide en acabar con esa impunidad y permisividad que hay con determinados grupos: "Si no se acaba con este tipo de prácticas, esto no va a parar". ¿Y qué tipo de castigos les podría caer? Según la ley, de uno a tres años de prisión.

"Generalmente, por una acción limitada puede ser en torno a un año de cárcel. Es verdad que no cumplen con prisión, pero si repite sí", ha explicado Ibarra. Por otro lado, también puede haber multa económica y la expulsión de por vida del campo de futbol. A continuación ha recordado la final de la Euroliga entre el Olympiacos y el Real Madrid, en la que también había muchos jugadores negros, y que no se propinó ningún tipo de insultos contra ellos. La diferencia, bajo su punto de vista, está en el hecho de que no había ultras y el otro día en Mestalla sí: "Hay que aislar ese cáncer que hay en el fútbol".