A vivir que son dos díasLa píldora de Tallón
Opinión

¿Hipotecarse es de genios?

"Antes de firmar una hipoteca de un piso en el que ya no vivo, para que vean de qué madera estamos hechos algunos, pedí un crédito para comprar un coche que ya no existe"

Galicia

Quizá sea imposible saber con absoluta certeza si pedir un crédito es una buena o una nefasta idea. En todo caso, la idea puede ir cambiando de buena a mala, o al revés, y seguir cambiando alternativamente, sin llegar a ser nunca buena o mala idea para siempre. La vez que pedí una hipoteca para comprar un piso me pareció una idea genial. Era 2005 y la vida era un chollo. Al poco tiempo la idea genial de los cojones se fue volviendo mala, hasta derivar en pésima, y desde entonces ha habido ocasiones para que me pareciese otra vez genial y nuevamente lamentable. Todo lo que puedo decir es que no lo volvería a hacer, aunque ahora me alegro de haberlo hecho. Antes de firmar una hipoteca de un piso en el que ya no vivo, para que vean de qué madera estamos hechos algunos, pedí un crédito para comprar un coche que ya no existe. Cuando acabé de pagarlo, me deshice de él por setecientos euros. Es decir, otra genialidad. Supongo que la historia de los préstamos está plagada de gente que nunca aprende. El día que entregué el coche, por cierto, retiré la rueda de repuesto y me la quedé de recuerdo. Estuvo seis años en el trastero, riéndose de mí, hasta que un día la tiré. Me pregunto qué sería de los bancos sin idiotas.

 
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