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Opinión

La elección de tu alcalde nunca sale de balde

"Y así me parece que, una y otra vez, estoy votando, no a un partido, sino a una memoria colectiva"

La elección de tu alcalde nunca sale de balde

La elección de tu alcalde nunca sale de balde

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Barcelona

El ratón Gerónimo Stilton ha cumplido veinte años, y yo aún estoy con Willy Fog. En política me pasa lo mismo. A veces, en vez Sánchez, digo Zapatero. Sin embargo, García Añoveros no me sale tanto. Ahora le llaman Régimen del 78, pero mi régimen era el de Yoplait, y el 78 era un tranvía que iba hasta los topes. Dejó de pasar hace mucho. Pero quedan las vías. Como crecí leyendo Pepe Gotera y Otilio, la primera vez que oí que le iban a poner una vía a alguien, en el hospital, me imaginé al médico intentando meterle un raíl por la boca. En el dibujante Ibáñez, los malentendidos son continuos. Sus personajes siempre acaban gritando porque quieren que se les entienda. Somos Sísifos atados a la piedra de nuestro cuerpo, y al cuerpo lo llamamos memoria. Cada vez que hay elecciones municipales, me vuelven las imágenes de las primeras que vi, y que también fueron las primeras que vivió muchísima gente en España. Y así me parece que, una y otra vez, estoy votando, no a un partido, sino a una memoria colectiva. Ya falta un montón de gente que hizo posible aquello, que estuvo en aquello pegando carteles, registrándose en las candidaturas, yendo a votar con la papeleta doblada. Entonces, esta gente no era un régimen, sino todo lo contrario. Ibáñez me contagió la manía de pensar en pareado, en plan Ande, ríase “usté” con el Arca de Noé. De este modo, puedo decir: la elección de tu alcalde nunca sale de balde. Vivo en una casa encendida, como Luis Rosales, también llena de nombres propios. La casa soy yo. Una papeleta electoral es lo mismo, una vivienda que acaba de encenderse, un aluvión de nombres, y cada nombre guarda un misterio. Me encanta leer las papeletas, ver cómo se llama la gente. No es para elegirla, es porque me gusta que exista.

 
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