El gobierno de Israel decide paralizar su reforma judicial, ante las divisiones internas y las fuertes protestas

La tramitación de la reforma judicial que propone Benjamín Netanyahu ha sido paralizada por el gobierno del país. La decisión busca calmar las tensiones que han surgido en los últimos días en el seno del Ejecutivo y los ánimos de una ciudadanía que ha salido en masa a las calles para mostrar su rechazo a una reforma que reduce la capacidad de decisión de los tribunales para aumentar la del Parlamento. Se trata de una proposición ya que la intención final del gobierno sigue siendo aprobar la reforma.

El propio presidente del país, Isaac Herzog, ha pedido en un comunicado al primer ministro Netanyahu que actúe "con responsabilidad" y detenga la reforma que ha llevado a la calle a miles de manifestantes desde hace varios días. "Por el bien de la unidad del Pueblo de Israel, les pido que detengan el proceso legislativo de inmediato", pide Herzog ante una situación en la que se están sucediendo también este lunes la convocatoria de manifestaciones.

Después de que Netanyahu destituyera este domingo al ministro de Defensa por mostrar su oposición a la propuesta, la comisión judicial de la Knéset, el parlamento del país, ha dado durante la mañana del lunes luz verde a que la reforma sigue su procedimiento legislativo. El propio ministro destituido, Yoav Gallant, ha alertado este lunes de que la división interna del país "puede dar una gran oportunidad a los enemigos para atacar Israel". Los medios israelíes, por su parte, dan por hecho que Netanyahu dará finalmente marcha atrás y que lo anunciará a lo largo de este mismo día. En paralelo, los despegues desde el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv han sido suspendidos a consecuencia de las protestas, también anuncian paros los puertos de Haifa y Ashdod, y los sindicatos han avisado de que convocarán una huelga general si no se frena la reforma. La patronal de las empresas tecnológicas o el principal sindicato médico han anunciado ya que se sumarán a los paros.

La seguridad, la economía, la sociedad, todos están amenazados. Los ojos de todo el pueblo de Israel están puestos en vosotros. Los ojos del mundo entero están puestos en vosotros

—  Isaac Herzog, presidente de Israel

Preocupación en Estados Unidos

Las manifestaciones de cientos de miles de personas en las calles de Israel, principalmente en Tel Aviv, y la crisis política, han despertado también inquietud en su principal aliado internacional. Una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson, ha publicado en las últimas horas un comunicado en el que insta a que se llegue cuanto antes a un acuerdo político y reconoce que en Washington estamos "profundamente preocupados por los acontecimientos en Israel". Estados Unidos le recuerda además a Israel que los valores democráticos están en la base de su relación bilateral, aviso que coincide con un momento en el que a Netanyahu lo sostienen en el Ejecutivo partidos ultranacionalistas y ultraortodoxos.

Los ciudadanos de Israel que están en las calles alertan del peligro de un retroceso democrático derivado de la reforma judicial que limita la capacidad de decisión de una Corte Suprema que ha frenado leyes contra los homosexuales o contra los ciudadanos de origen árabe. La reforma además impediría que se pudiera perseguir al propio Netanyahu sobre quien pesan investigaciones por soborno o fraude.

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