¿No se cansará de hacer el ridículo?

Estamos en Cáceres, les saludamos desde el Teatro Capitol, en pleno centro de una ciudad donde dentro de un par de horas se va a inaugurar una feria que se denomina “El Jato”, en homenaje al jato, al hatillo, a la bolsa de tela que se preparaba con algo de comida y algo de ropa para pasar un par de días fuera de casa. Sería lo que ahora diríamos la bolsa, la maleta donde meteríamos lo indispensable para movernos unos cuantos días. De hecho, dice la tradición que el jato lo preparaban la gente de las zonas rurales, para irse hasta la capital, hasta Cáceres y llevar allí lo mejor y lo más característico de la zona de cada uno. Y esto es lo que va a pasar dentro de un rato en la Plaza Mayor de Cáceres, una feria donde podremos disfrutar de lo mejor de muchas comarcas de esta tierra extremeña. Qué lástima que términos como este, como jato, se vayan perdiendo, vayan dejando de usarse. En Hoy por Hoy vamos a reivindicar el jato, porque en versión moderna es lo que hacemos muchos viernes, para viajar, conocer y explicar las realidades de los lugares que nos acogen. Desde aquí, nos va a tocar explicarles la actualidad, en el cierre de una semana que recordaremos por lo vivido en la moción de censura de Vox aunque quien la recordará especialmente es la ultraderecha que no atraviesa el mejor de sus momentos. Al ridículo de la moción defendida por su candidato Ramón Tamames, puede sumar las sentencias del Tribunal Constitucional avalando algunas leyes que ellos habían recurrido, como la de la eutanasia o como la ley Celaá. Este fin de semana le va a servir a Vox para lamerse sus heridas. Y no ha sido hasta después de la moción, consumado el desastre, hasta que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no ha hablado de la ultraderecha. En la moción de censura perfil bajo y poco enfrentamiento, ayer ya para el PP, Vox ya es la anti política, anti política con la que gobierna en Castilla y León y con quien gobernará allí donde se tercie. Por cierto que Feijóo se fue a Bruselas para decirnos que él estaba en lo importante, claro que lo importante para él es ir a la capital europea a hablar mal del gobierno de Pedro Sánchez. Pero se ha liado, ha defendido el modelo de reforma de las pensiones de Macron frente a la reforma del gobierno español, que, como saben, tiene el aval de Europa. En Francia llevan semanas de movilizaciones en contra de esta reforma. No acaba Feijóo de tener suerte con los modelos que escoge. ¿Se acuerdan de Liz Truss y los impuestos? Aunque me temo que en Bruselas ya le han calado. El propio comisario europeo de economía, Paolo Gentiloni, le ha pedido a Feijóo una oposición constructiva. ¿No se cansará de hacer el ridículo?

Àngels Barceló