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'Crónica de un amor efímero', el baile de los amantes que no paran de hablar

El francés Emmanuel Mouret, autor de títulos como 'Las cosas que decimos, las cosas que hacemos', compone una misteriosa comedia sobre la seducción y los límites del amor con dos estupendos amantes, Sandrine Kiberlain y Vincent Macaigne

Fotograma de 'Crónica de un amor efímero' con Sandrine Kiberlain y Vincent Macaigne / La Aventura / PAscal Chantier

Madrid

Efímero es aquello que solo es pasajero, de corta duración, que sabes que va a acabar. El director francés Emmanuel Mouret, autor de títulos reconocidos como Las cosas que decimos, las cosas que hacemos, se ha especializado en comedias o dramas ligeros, según se mire, sobre romances extramatrimoniales, sobre las contradicciones de la pasión y sobre el amor como un misterio. En Crónica de un amor efímero juega con todas esas cuestiones y con las propias dudas del espectador a partir de la relación de un hombre, casado y con hijos, que conoce a una mujer, separada y también con hijos, con las cosas más claras.

Toda la película se articula en el intercambio verbal entre ambos, en sus encuentros durante meses -en museos, cines, restaurantes, escapadas al campo...- y donde ponen a prueba si están cumpliendo el pacto inicial. Una relación ocasional, sin compromiso ni ataduras. Mouret juega también con las expectativas del público, qué esperamos que haga cada uno, y con los estereotipos y roles de género. Él es inseguro, teme la culpa -aunque no siente que esté engañando a su mujer- y dice ser no muy bueno en la cama. Ella va de dura, mujer decidida, que solo busca disfrutar y conversar, porque hablar es tan bueno como el sexo. Aunque también deja claro que no quiere llorar más.

Los actores Sandrine Kiberlain y Vincent Macaigne, dos de los intérpretes más versátiles del cine francés, son los protagonistas de esta historia tierna, divertida y también irritante donde destaca el guion. Un texto que a la vez es seducción y combate y que recuerda al mejor Woody Allen y a las películas de Rohmer aunque el director a quien homenajea en la cinta es a Bergman. Además de las elipsis y los saltos temporales para narrar esta crónica que se va acortando, Mouret recurre a largos planos, planos secuencia en muchas ocasiones, que siguen a unos personajes siempre en movimiento y que no paran de hablar. Un baile atractivo con sello francés -eso implica también personajes pijos en grandes apartamentos y mucho vino- que a ritmo de La Javanaise busca respuestas a una pregunta que nunca aportará certezas ¿Quién es capaz de controlar el amor?

El título ya es una declaración de intenciones. Una comedia romántica con la etiqueta de efímera es un misterio

No sabría decirte cuál es el género de la película, pero diría más bien que es una película de suspense. En cierto modo, es una película sentimental de suspense, sentimental en el buen sentido de la palabra. En España la palabra es efímero, pero en Francia se refiere más a un amor pasajero, el título evoca una aventura entre dos personas que sabes que va a terminar, que no va a ser para siempre. Para mí, esto aumenta la tensión dramática de la película, ya que el espectador sigue una relación sabiendo que no va a continuar.

En sus películas el guion es algo fundamental, está muy bien escrito ¿Cómo es el proceso? ¿Le vienen ideas de sus experiencias o de las otros, es un creador-vampiro o es todo fruto de su imaginación?

Yo creo que hacemos películas porque nos gustaron mucho otras películas y porque una de las fuentes de inspiración del cine son las películas que nos gustaron. Una vez alguien me preguntó por cuál era la parte biográfica de mis películas y, pensándolo bien, dije que mis películas son más bien una autobiografía de mis sueños, se alimentan de muchas de mis ensoñaciones, de mis fantasías.

Ahora que mencione la influencia de otras películas en su cine, a usted lo catalogan como una mezcla de Woody Allen y Rohmer. Aquí también cita a Bergman

En primer lugar, quería añadir algo a la pregunta anterior. Porque, aunque las ideas puedan partir de una ensoñación, el guion es un trabajo de composición que suele ser muy largo y muy meticuloso y tiene que ver más con algo mecánico que con una inspiración espontánea. Tardó mucho tiempo en escribir un guion. Hay un pequeño guiño a Ingmar Bergman en la película y nuestros personajes van a ver una de esas películas, 'Secretos de un matrimonio', que en francés se tradujo como 'Escenas de una vida conyugal', es ligeramente diferente. Si te fijas, hay muchos elementos que comparten ambas películas. Es una pareja a la que vemos todo el tiempo y apenas conocemos la vida que los rodea, como en mi película. Por eso, podría haberla llamado 'Escenas de una vida extraconyugal'. Sin embargo, este guiño a Bergman también sirve para señalar todas las diferencias con el cine de Bergman, porque aquí, los dos personajes son, digamos, muy cuidadosos, atentos el uno al otro, tratan de ser elegantes, a diferencia de la película de Bergman, donde se gritan, se pelean e incluso se dan bofetadas a veces.

Hay un juego también con los roles de género y las dinámicas tradicionales. Aquí el hombre es inseguro, dice que es malo en la cama pero luego no tiene la impresión de estar engañando a su mujer

Creo que ese es el gran interés del cine, plantear preguntas sobre nuestra realidad. Y, por supuesto, cuestionar los clichés, los usos, los estereotipos y mirarlos de otra manera. El cine deconstruye nuestra idea del mundo y, al mismo tiempo, la reconstruye. Y eso es lo emocionante de hacer películas.

A nivel de dirección hay tomas muy largas, planos secuencias, los actores siempre en movimiento ¿Cómo es el trabajo de ensayos y la planificación?

Al mismo tiempo estamos haciendo una película intimista, pero que está siempre en movimiento. Por eso, los personajes nunca se sientan, quizás en cinco o diez segundos a lo largo de toda la película. Por eso tenía que hacer muchas tomas, planos secuencia muy complicados porque hay un movimiento constante, una especie de baile. Tengo que decir que esto solo es posible gracias a la calidad de los actores, ya que los intérpretes no solo tenían mucho texto que memorizar, sino que también se tenían que aprender diez o quince marcas en el plano secuencia para situarse en el espacio y no perder el ritmo constante.

Es divertido el personaje de la mujer, el interpretado por Sandrine Kiberlain, porque desmonta temas u opiniones de la modernidad, como su idea de destruir la pasión o su lado cómico al reírse de los que quieren reencontrase con la naturaleza

Me gustan mucho este tipo de personajes, no solo en mis películas, también como espectador. Me gustan las películas que no me lo dan todo mascado, que no me dicen qué pensar sobre las cosas, me gustan las películas que me hacen pensar y, por eso, sí, me gustan los personajes que tienen diferentes puntos de vista, puntos de vista poco comunes, que al mismo tiempo me divierten y me cuestionan. Me gusta cuando puedo mezclar todo eso en las películas. Y por eso también intento incluir algo bastante sorprendente en mis películas, que los personajes vayan a contrapelo.

Hay algo irresistible en este tipo de comedias francesas, pero también es cierto que siempre son de pijos. Nunca los personajes están atravesados por condiciones materiales ¿Tienes conciencia de ello?

No es el tema de la película, eso que quede claro, pero también es verdad que la rodamos casi toda en París y eso influye. El centro de París está habitado por los pijos, lo que en francés se llaman los 'bobós' (un burgués bohemio), es una nueva forma de burguesía, no la que había hace 20 o 30 años. Y esta conciencia social y crítica existe especialmente entre los intelectuales parisinos que sí conocen el coste de la vivienda en una ciudad como París y se dan cuenta de la diferencia. Para un espectador que viene de provincias, y yo vengo de ahí, no es así, yo tuve que vivir en París unos años para entender, para sentir esa relación con la vivienda. París es como Madrid o como Nueva York, una capital. Y estamos acostumbrados a ver películas que retratan así la capital. Además si quieres filmar en un apartamento, que haya movimientos, no es posible encontrar un apartamento sencillo, que no sea de pijos, porque si no, no tienes espacio. Todo eso cuenta, necesitas espacios donde te puedas y mover y, eso cuenta. También es cierto que, tan pronto como la acción tiene lugar en París, los personajes, para algunos espectadores, son necesariamente, como usted dice, 'bobós'.

José M. Romero

José M. Romero

Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...

 
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