Lo más importante hoy estaba muy lejos del escaño de Tamames

Hay una ecuación que es fundamental en esta vida, en la de todos, en la de ustedes, en la mía. Y es que la capacidad de darnos cuenta a tiempo de que estamos haciendo el ridículo sea siempre superior a nuestra vanidad. Si eso falla, estamos perdidos. A Tamames le ha fallado y, desde hoy, la historia le reserva un hueco más bien pequeñito y en la carpeta de los excéntricos. Punto. A otra cosa. A las cosas importantes. Hoy el Tribunal Constitucional ha zanjado definitivamente que la ley de eutanasia es perfectamente constitucional. Esto sí que es sustancial, y no las campanillas del ego de Tamames. El Tribunal Constitucional ha tenido que decir que sí, que la ley que regula que cuando uno pueda acabar con su vida, cuando su vida sea un infierno, que uno puede pedir que le ayuden a morir cuando sufra una enfermedad grave e incurable, o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante que le cause un sufrimiento intolerable. Y hay una frase de la sentencia que es inapelable. Dice el tribunal: «El Estado no puede imponer el deber de vivir». Bastaría con esta frase para decir amén y dar por cerrado este asunto. Pero vayamos al fondo del tema. ¿Por qué el Tribunal Constitucional ha tenido que decidir sobre esto? El Tribunal Constitucional ha tenido que meterse ahí porque el PP y Vox le han metido ahí. El PP y Vox recurrieron esta ley, que hoy han avalado no solo los magistrados progresistas. Hay dos magistrados conservadores que han dicho que esta ley no tiene ni un pero. Dos de los cuatro conservadores, incluso dos de ellos han reconocido que la ley no tiene ni un pero. Salvo el que le quieran encontrar los irreductibles. Los del no a todo y sí a nada que huela a nuevos derechos. De verdad que cuesta entender qué puede llevar a alguien a intentar desarticular la ley de eutanasia. La ley que le permite a uno acabar con su propio sufrimiento. Nada más. Sin afectar a nadie más. Cada uno, su vida, su sufrimiento intolerable. Cuando uno se muere de viejo, en la cama, lo primero que nos sale es «por lo menos se ha ido sin sufrir». Pero oye, si uno ya está sufriendo en vida lo indecible a ese no, a ese no le vamos a permitir que pueda pedir la eutanasia para -voluntariamente, informadamente- dejar de sufrir. ¿En aplicación de qué moral se puede intentar retrasar o boicotear la entrada en vigor de una ley que, por fin, garantiza la muerte digna de quienes sufren padecimientos graves, crónicos e imposibilitantes que le causen un sufrimiento intolerable? Hoy la noticia más importante, de largo, tiene forma de sentencia. De aval del Tribunal Constitucional Hoy la noticia más importante, de largo, estaba bien lejos del escaño de Tamames.