¿Cómo es el río Congo que retrató Conrad más de un siglo después? "Están hartos del abuso de fuera y de sus dirigentes actuales"

El río Congo se abre paso por África a lo largo de 4.700 kilómetros como una enorme arteria. Es un río que marcó la vida de exploradores como Livingstone o de novelistas como Joseph Conrad. Un río remoto de selvas vírgenes, pescadores, bandidos y grupos rebeldes y una fuente descomunal de vida, comunicación y comercio.

El periodista Xavier Aldekoa acaba de ganar el premio Ortega y Gasset, que se le entregará este miércoles, por el reportaje multimedia sobre el río Congo publicado en La Vanguardia y que también le ha servido para escribir su libro 'Quijote en el Congo'.

"He intentado no dejarme embaucar por la belleza"

Aldekoa ha contado en La Ventana que cuando le explicó el proyecto al director de La Vanguardia le dió "un buen susto". "Me dijo que no me tuvieran que ir a buscar", ha recordado el periodista. Ha apuntado que para viajar por las partes no navegables del río tuvieron que salir a tierra, negociar con los grupos rebeldes de esas zonas y "cruzar los dedos".

Para Aldekoa el viaje también ha supuesto un reto literario. "He intentado no dejarme embaucar por la belleza. En muchas ocasiones tenía la sensación de estar recorriendo un paraíso terrenal y me quedaba anonando mirando lo que había alrededor", ha reconocido el periodista. Cuenta que la belleza del lugar ha llegado a ser "una enemiga" a la hora de retratar una región "compleja y que está herida".

Más del 70% de los habitantes de estas áreas viven con menos de dos dólares al día. El cobalto, el cobre, el coltán, los diamantes, la madera, la belleza y la riqueza de la región en general es su propia condena por la sobreexplotación de estos recursos. "Siempre ha sido así, desde las plantaciones de azúcar de América y los esclavos que utilizaban para su explotación, hasta las minas de cobalto para los móviles y coches eléctrico", ha subrayado Aldekoa. El periodista expone que no hay un solo congolés que no sufra las consecuencias de siglos de explotación.

"Están hartos del abuso de fuera y de sus dirigentes actuales"

Ayestarán comenta que la culpa de todas estas cicatrices, además de la explotación de sus recursos naturales, se debe a la corrupción y la incapacidad local. "Congo sigue siendo tremendamente rico, el problema es que el dinero va solo a unos pocos", remarca. Ayestarán ha afirmado que lo que más le ha soprendido es que se iba cruzando con gente que no le guardaba rencor "a pesar de formar parte de aquellos que les han explotado durante siglos".

"La generación de jóvenes conguoleses es la más educada en décadas y quieren cambiar las cosas", ha asegurado. Ayestarán ha hablado en su reportaje con todos estos intelectuales que "están hartos del abuso de fuera y de sus dirigentes actuales". Sin embargo, esta generación se enfreta a un sistema militarizado que no le está poniendo las cosas fáciles.

En este viaje, Ayestarán ha tenido la sensación de haber necesitado dar el máximo para completarlo y que la ayuda de los congoleses ha sido indispensable para ello. "Cuando vieron que era capaz de viajar como ellos, me trataron como uno más de su familia", ha expuesto. Ayestarán recuerda que durante el viaje se cruzaba con canoas que vendían monos y serpientes para comer y con otras que daban misa los domingos. "Eran ciudades que se formaban en el propio río Congo", ha concluido.

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La travesía por el río Congo

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