Nada parece que nos una como mujeres ni como sociedad

Es lunes y empezamos la semana del 8M, la semana de la celebración del Día de la Mujer. Y lo que hasta hace nada era una celebración unitaria, multitudinaria, emotiva, más reivindicativa que nunca, parece que va camino de convertirse en una celebración compartimentada. Cada vez parece más que las mujeres tienen más cosas que las separan y menos que las unen.

En la lucha por la igualdad han empezado a aparecer matices, divisiones, pero, sobre todo, enfrentamientos abiertos que sepultan el verdadero motivo de la reivindicación. La igualdad en mayúsculas, en el trabajo, con el sueldo, en la conciliación, en los cuidados. La seguridad también en mayúsculas para poder hacer lo que queramos, donde queramos, a la hora que queramos y en las condiciones que queramos. Y la igualdad, para todas, en todas partes.

Porque en la lucha feminista también se trata de luchar por las que no conocemos, de luchar por las mujeres de Irán, de Afganistán, por todas las víctimas de feminicidios en todas las partes del mundo, por todas las mujeres sometidas en todas las partes del mundo, a las que nuestros problemas y diferencias de feministas del primer mundo les deben parecer de aurora boreal, porque su lucha, casi siempre, empieza por sobrevivir.

Arrancamos esta semana del 8M, con el Gobierno dividido por la reforma de la ley del 'solo sí es sí', una ley imprescindible para las mujeres, pero que han conseguido convertir, entre todos, en una nueva arma política para atacarse, la ley trans que ha enfrentado a las feministas con una virulencia inusitada y, desde este fin de semana, la ley, anunciada por Pedro Sánchez, para garantizar la paridad en la política y en la empresa privada. Pero nada de esto parece que nos une ni como mujeres ni como sociedad, todo nos divide.

Nunca se avanza tanto en el feminismo como cuando en este país hay un Gobierno progresista. Aunque el PP utilice la hiperbólica mentira de que este es el gobierno menos feminista de la historia. Cualquier paso que se ha dado en favor de la igualdad y de los derechos de las mujeres se ha dado porque al frente estaba un gobierno progresista, cualquier paso atrás lo ha dado el PP, con recursos de inconstitucionalidad a casi todos los avances incluidos. Entonces, ¿qué nos pasa? ¿Dónde está el problema? Porque si se trata de un problema partidista, nos estaremos haciendo un flaco favor a nosotras mismas y estaremos dando alas a los que siempre nos las quieren cortar.