No debería ser un acto de valentía vivir la vida de uno

Hay algunas cosas de nuestro pasado más reciente que uno mira y se pregunta: "¿Cómo es posible?". Dentro de poco nos preguntarán -o nos preguntaremos- cómo fue posible que hasta 2023 no saliera un jugador que haya pasado por La Liga a declarar que es gay. Un jugador -Jakub Jankto, del Getafe, cedido al Sparta de Praga- que haya dicho que ha tenido que esconderse y que no quiere esconderse más.

Cómo es posible, nos preguntarán. Pero la respuesta está en nuestra sociedad, no en otra. En la que se siguen produciendo bromas sobre la sexualidad y tuits que luego dicen que hackean. En la que -será una minoría, pero es- se sigue gritando maricón. Eso en los campos grandes, donde aún está por ver una sanción por gritos homófobos. Imaginen para un jugador en preferente. Imaginen para los infantiles, los cadetes, los juveniles. ¿Hablamos de las 'bromitas' que aún soportan tantas chicas que se quieren dedicar al fútbol? ¿Cómo es posible, si es 2023?

"La que le espera". Hace tres años, dijo Tony Kroos: "Todos deberían ser libres, pero no sé si aconsejaría a un futbolista salir del armario". Muchos aplauden ahora la valentía del futbolista Jakub Jankto, pero el problema, el cómo es posible, sigue en el mismo sitio, en el mismo deporte que ha llevado a Qatar su último mundial. El Sparta de Praga lo ha resuelto con esta frase: "Tienes nuestro apoyo, Jakub. Vive tu vida". Pues eso es: que no debería ser un acto de valentía vivir la vida de uno. Y, en eso, tenemos mucho que ver los demás.