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¿Me puedo enamorar de un robot?

Es otro de los campos en los que está trabajando la Inteligencia Artificial. Detecta emociones y replica el patrón de relación que deseamos. En un futuro próximo es posible que veamos hasta una boda con un robot

¿Me puedo enamorar de un robot?

¿Me puedo enamorar de un robot?

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Madrid

"Cuando tengamos máquinas que interpreten nuestras emociones y simulen que nos importan, lo normal es que podamos llegar a sentir amor hacia ellas. Al final los seres humanos generamos emociones con las máquinas a nivel no consciente". Es la reflexión de María López, neurocientífica y CEO de Bitbrain, empresa tecnológica especializada en inteligencia artificial. Y una de las aplicaciones es paliar la soledad: "Tiene muchas ventajas sobre todo para las personas mayores que se han quedado sin gente que las acompañe".

Estas máquinas se pueden adaptar a sus necesidades, y como no tienen egos ni celos pueden adaptarse a los deseos de su amo, por decirlo de alguna forma. Se ve que hay muchísima aplicación de la IA para personas solas que puedan sentirse acompañadas y desde luego en ese caso probablemente será donde encontraremos más casos de personas que se enamoren de inteligencias artificiales" cuenta la Doctora que nos traslada lo que ya está pasando en EEUU. "Ya hay estados que dicen que en 2050 aprobarán las bodas con robots de inteligencia artificial", concluye.

¿Estamos ligando con robots?

Desde hace diez años las apps de citas están en alza y los bots se han colado en estas aplicaciones de contactos. "Hay estudios americanos que dicen que casi el 25% de los usuarios no son de carne y hueso. Son bots maliciosos para engañar o estafar ", advierte Francesc Núñez, sociólogo y profesor de Humanidades en la Universitat Oberta de Catalunya. Tras fotos sobre todo de mujeres, se esconden robots que remiten a la persona a otras webs, algunas de pornografía o incluso de phishing, donde roban datos de tarjetas bancarias. En 2018 hicieron un experimento en la Universidad de Arizona. En 2018 y durante tres meses pusieron en Tinder 6 perfiles y de los 623 contactos que quisieron entablar una conversación con ellos, 146 no eran personas. Se camuflaron perfectamente entre usuarios normales. Tenían 60 amigos de Facebook de media y utilizaban fotos reales, por lo que era muy complicado detectarlos.

La ventaja de la inteligencia artificial emparejando

La AI también tiene un uso positivo en estas apps de citas. En la búsqueda de candidatos para hacer parejas aciertan bastante. "Dentro de poco las bases de big data sabrán todas las parejas que has tenido, todo lo que has ligado a través de esas apps, que probablemente el usuario lo ha olvidado, pero no la máquina. Sabrá más de ti que tú mismo. Por tanto, las ofertas que te pueda hacer, los match, los contactos, las propuestas de relacionarte con una u otra persona son bastante acertadas", explica el sociólogo Francesc Núñez. El llamado feedback es clave. La app recomienda personas afines y, según si aceptas o no, va aprendiendo más de tus gustos y mejora las recomendaciones futuras. Las compañías defienden este uso como básico para el propio sistema y, de este modo, se desmarcan de las denuncias con respecto de que son ellas mismas las que crean los perfiles falsos para tener más suscriptores.

Novela de amor con inteligencia artificial

"Falta una palabra" es la primera novela en España escrita con inteligencia artificial. Su autor, Ángel García-Crespo escribió de puño y letra el 70% de la novela y dejó el resto a la máquina. Es una obra de ficción que narra la historia de amor entre Benito y Beatriz, que transcurre en una habitación donde solo hay una pequeña nevera vacía. Y lo que más le sorprendió fue que "era capaz de seguir con el mismo estilo que tenía la novela y era capaz de identificar los sentimientos de los personajes, que eran bastante complejos. Son un hombre y una mujer que sienten algo tan grande que buscan una palabra que defina ese sentimiento. De ahí el título", explica el autor, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid. Ha llegado a tal punto la simbiosis entre el escritor y la máquina que a veces, si lleva tiempo sin leer el libro, no sabe qué párrafos son suyos y cuales son de la máquina. Lo que si echó en falta es tener una conversación sobre lo que la IA había escrito en la novela y en algunos casos para felicitarla por captar tan bien el sentimiento del personaje.

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