Alidada de pínulas y al tresbolillo

Barcelona

De repente, en las noticias dijeron gálibo, y luego siguieron hablando con las palabras de siempre; pero detrás de gálibo vienen otras palabras, como pantógrafo, balasto, catenaria... Lo que pasa es que el Telediario no lo presenta Julio Casares. Ni siquiera Joaquín Arozamena, que también era ideológico, como el diccionario de Casares. Ser ideológico es tener idea de lo que ocurre. Esto se dice pronto, aunque en televisión se dice prompter. Me refiero a asumir lo viejuno que queda abrir el diccionario y buscar una palabra. Para eso, habría que tener sentido del orden alfabético. Un instinto de abrir por la letra con que empieza el término en cuestión. Mi puntería era falluti, ya que me obstinaba en situar la letra M en medio del diccionario. Y lo cierto es que estaba más hacia el final de lo que yo creía. A lo mejor, era su forma de puente, de acueducto, lo que me hacía pensar que la M se encontraba a mitad de camino. Pero, si abrimos el diccionario, veremos que en el centro está la palabra gálibo. Y por encima de esta, está galgo, es decir, que se concentra ahí toda la actualidad de la semana. Y la palabra globo tampoco anda muy lejos. Esta viene a cuento, pues el otro día las noticias también dijeron que un país le pinchó el globo a otro porque pasaba por donde no debía. Hoy, a eso se le llama geoestrategia. Hoy, la gente ya no busca una palabra entre montones de otras palabras. Basta con señalarla con el puntero o con teclearla para descubrir su significado. He dicho descubrir refunfuñando, porque a lo que hoy llamamos descubrir, antes se le decía conocer. Hemos perdido modestia. Y conocimiento. Una vez, el mítico Joaquín Vidal dedicó su columna a la alidada de pínulas y al tresbolillo. No iba sobre toros, sino sobre su vida. Yo lo leía por sus palabras.