Internacional

¿Por qué estamos condenados a entendernos con Marruecos? (pese a los desplantes de Mohamed VI)

A pesar del nuevo desplante de Mohamed VI, España confía en que el encuentro sea el colofón de la nueva etapa de relaciones bilaterales con Rabat que se inició hace diez meses con el giro del gobierno sobre el futuro del Sáhara Occidental

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (i), visita el Mausoleo Mohamed V en Rabat junto al historiador del Reino de Marruecos y portavoz del Palacio Real, Abdelhak Lamrini (d). / Mohamed Siali EFE

Madrid

Inmigración, Seguridad, Negocios y muchos kilómetros de frontera marítima y terrestre compartidos explican la relevancia de la Reunión de Alto Nivel que España y Marruecos celebran hoy en Rabat, ocho años después de la última cumbre de este rango entre ambos países que se convoca en virtud del Tratado de amistad, buena vecindad y cooperación firmado en 1991. A pesar del nuevo desplante de Mohamed VI, España confía en que el encuentro sea el colofón de la nueva etapa de relaciones bilaterales con Rabat que se inició hace diez meses con el giro del Gobierno sobre el futuro del Sáhara Occidental.

Se inauguró con la carta que el presidente Pedro Sánchez envió el pasado marzo de 2022 al rey alauí en la que apoyaba su plan para la autonomía de la ex colonia española como la solución "más seria, creíble y realista" para este conflicto. El gesto permitió cerrar la última crisis con nuestro vecino del sur, agudizaba por el caso Ghali y el asalto masivo a la frontera de Ceuta de 2021, pero supuso también el abandono de la neutralidad histórica de España sobre el futuro del Sáhara Occidental, abriendo una brecha entre los socios del gobierno de coalición y -sobre todo- una crisis con Argelia, nuestro principal suministrador de gas que tiene su particular crisis con Marruecos.

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El Gobierno ha dedicado tiempo y energía en reconducir las relaciones con Rabat y para que se normalicen como "socio estratégico" que es, también para la Unión Europea. La pregunta es si tanto esfuerzo ha merecido la pena y si ha habido reciprocidad de la otra parte. El gobierno defiende que sí y se agarra a dos datos: la inmigración irregular que llega desde Marruecos ha caído un 30% y el comercio bilateral ha subido otro tanto, según cifras de Exteriores, algo en lo que también se espera avanzar durante la reunión de hoy.

Pero quedan varios asuntos pendientes por cumplir en la declaración de 16 puntos con los que España y Marruecos inauguraron su nueva etapa de relaciones. Falta por delimitar las aguas cercanas a Canarias, tampoco se han reabierto las aduanas de Ceuta y Melilla (a pesar de que se anunció para antes de la cita de hoy) y el gobierno ha renunciado a que Mohamed Sexto se pronuncie públicamente sobre la españolidad de las ciudades autónomas en virtud del punto del acuerdo en el que se comprometen a respetar la integridad territorial de ambos países. El ejecutivo defiende que la apertura de las aduanas es un reconocimiento de facto de esa realidad y no van a exigir una declaración sobre algo que es una realidad, según el ministro Albares.

En realidad, este es solo uno de los desplantes del rey marroquí que sigue marcando los tiempos en la normalización de las relaciones bilaterales, envalentonado gracias a otros apoyos externos, especialmente el de Estados Unidos que también funciona como factor de presión hacia España. Tal es así que episodios como la última tragedia de la valla de Melilla, el espionaje a políticos españoles con el sistema Pegasus o el desaire de este miércoles de Mohamed Sexto no han variado la hoja de ruta prevista por el gobierno respecto a Rabat.

Otro factor de presión es el Sahel, la región africana al sur de Marruecos que concentra en la actualidad los problemas derivados de la inseguridad alimentaria, el cambio climático y la presencia de grupos armados y yihadistas que luchan por el control del territorio. El último actor en sumarse a este escenario es el grupo de mercenarios rusos Wagner al que están recurriendo países como Mali o Burkina Fasso para combatir la violencia. Un hecho que preocupa en la OTAN en el actual contexto bélico.

Pablo Morán

Pablo Morán

Jefe de Internacional de la Cadena SER y director del programa "Punto de Fuga" dedicado a temas sociales,...

 
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