Laia Costa: "Hay que confiar en el instinto sin pensar en el éxito o no éxito posterior"

Madrid

Cuenta Laia Costa que llegó a ser actriz casi por accidente. Primero fue el baloncesto y después la literatura. Y ahora ya puede decir que lleva 10 años de carrera en la interpretación, aunque ella no lo piensa mucho. "Hace diez años no era actriz y dentro de diez no sé lo que voy a hacer. Tengo la sensación que en esta profesión necesitas poner tu estabilidad en otro lugar para poder surfear las olas y disfrutarlas. Soy muy consciente del privilegio de este camino que me ha tocado, porque lo he disfrutado muchísimo, y estoy saboreando las mieles", dice en la recta final de esta campaña de premios en la que ya ha ganado el Forqué y el Feroz por su interpretación de Cinco lobitos.

La actriz catalana es consciente de la incertidumbre del oficio y, aunque no tenga muchas cosas claras, habla con la seguridad de una veterana. "¿Los proyectos te escogen o los escoges tú? No acabas de saber exactamente cómo funciona esto. No creo que los actores tengamos tanto poder de decisión, hay ciertos límites, sí, pero no quiero pensar tanto en cómo me ha ido y por qué me ha ido así. Pasito a paso vas siendo consciente de lo que necesitas, sabiendo que vas a controlar poquito del camino. Yo creo que hay que confiar en el instinto. Al final tengo la sensación de que hacemos proyectos por un motivo y esa razón tiene que servirte a ti. No puedes basarla en el éxito o no éxito posterior. Tú tienes que ver por qué quieres hacer ese proyecto, apostar por él, y entonces lo que ocurre después no importa", explica.

Tras participar en algunas series, trabajar fuera de España y estar nominada a los premios del cine europeo con Victoria, el éxito de crítica y público le ha llegado con Cinco lobitos, la ópera prima de Alauda Ruiz de Azúa. Un proyecto muy especial en el que, como adelantaba, confió en su instinto. "Recuerdo un café que hice con la directora y me preguntaba, ¿te puede interesar este tema? Yo estaba embarazada de tres meses. Y pensaba, no te lo voy a contar hoy, pero creo que me interesa bastante. Me aterra porque desconozco todo de este tema", narra de su primer encuentro con Ruiz de Azúa, a la que ha elogiado en cada reconocimiento. "Tiene una sensibilidad especial, cuando me explicó la honestidad con la que quería contar esta historia, sin artificios, me llamó mucho la atención. Tiene una energía, un talante, una paciencia, es increíble verla trabajar porque ciertamente no parece que sea su primera película".

Cinco lobitos ha sido mucho más que la película revelación del año o un pequeño fenómeno. Es una historia que ha emocionado al público y que, seas madre, padre o hija, te toca por algún lado. "Es un poco esa cosa especial del cine independiente con las historias pequeñas e intimistas, que de golpe conectan con toda la audiencia y con la crítica, y la acompañan y la hacen suya. Siento que la película es ya más de la gente que nuestra de alguna manera". La cinta se presentó hace justo un año en la Berlinale y un mes después arrasó en el Festival de Málaga, con premio para Laia Costa y Susi Sánchez. Ahí fue consciente la actriz de que tenían entre manos algo mágico. "Hablando con los periodistas y los medios, pensaba que era El show de Truman. Estaba alucinada porque la acogida fue desde lo personal, desde la ternura, desde el amor. Las primeras críticas que yo leí eran de hombres sin hijos, y era una pasada cómo habían interiorizado la película", recuerda.

Gran parte de la culpa de esa reacción la tiene Alauda Ruiz de Azúa y su sensibilidad para retratar a la familia y poner sobre la mesa uno de los grandes melones de nuestro tiempo. El tema de los cuidados. "Tengamos hijos o no, todos somos hijos de alguien y todos nos vamos a tener que despedir de nuestros padres, y la forma en que lo hagamos va a dejar una marca, una impronta y eso es Cinco lobitos. Creo que el mensaje universal es ese, seguramente te han cuidado alguna vez y seguramente vas a tener que cuidar. Y aunque no tengas descendencia, a tus padres seguramente, o a la familia escogida, vas a tener que cuidarlos. Y eso nos toca a todos, porque es una crisis de identidad brutal. Como los mismos progenitores no tienen ganas de hablar de eso y nosotros no queremos tampoco enfrentarnos a eso, es algo que se va como delegando en el tiempo y verlo en Cinco lobitos a mí incluso como espectadora me impactó".

El otro gran tema, y melón también, que atraviesa la película es el de la conciliación. Las nuevas maternidades y paternidades en un contexto socioeconómico adverso. "No se concilia bien nunca, ni siendo actriz ni siendo abogada ni profesora. Creo que es una tarea pendiente. Lo vemos si comparas la pareja de los papás de Amaia respecto a Amaia y Javi, los papás tenían este pacto de tú trabajas en casa y tú trabajas fuera, cada uno se dedica a una cosa. Y tenía muchos contras evidentemente, pero bueno, se llegaba a final de mes. La gente joven o las nuevas familias, los dos están de acuerdo que tienen que trabajar, los dos quieren paternar y maternar desde la calma, pero la precariedad profesional hace que no tengamos herramientas. Entonces, ¿cómo concilias? El otro día me reía con una amiga porque decía, a ver, cómo cuidas de un bebé, trabajas ocho horas, se te enferma un progenitor, cuidas del progenitor, sigues teniendo tiempo para la pareja y tienes tiempo para ti. No sé cómo se hace todo eso, la verdad", expresa sin mucho optimismo.

La maternidad ha sido uno de los grandes asuntos en el gran año del cine español. Está presente también en películas como El agua o La maternal. La otra tendencia ha sido mirar a lo rural desde diferentes perspectivas. Para Laia Costa no hay mayor prueba de que el cine está vivo y recogiendo los cambios que pasan en la sociedad. "Tengo la sensación de que necesitamos salir fuera y respirar. Por eso tantas historias que se van a lo rural, a las raíces, a volver a conectar. Cinco lobitos no deja de hablar de la conexión y de los cuidados de ida y de vuelta en unos meses en los que hemos estado muy aislados y hemos tenido tiempo de pensar. Y, por otra parte, cada vez hay más voces femeninas detrás de las cámaras, de los guiones, de las direcciones, de las producciones. No creo que sea efecto de la suerte que haya cada vez más directoras y que se hable más de la maternidad. También yo me imagino las mesas de mi abuela o mi madre cuando se sentaban con sus amigas madres primerizas a hablar y tengo la sensación de que la conversación era muy diferente a las conversaciones que pueda tener yo con mis amigas, Antes se guardaban más las apariencias de cómo debía ser una familia o lo que se podía mostrar, o lo que se debía quedar en casa. Hoy en día estamos reivindicando maternidades más honestas, historias más sinceras para poder conectar con ellas. Entonces, esa oleada de directoras nuevas que están teniendo su espacio, y hacía años ya que estaban ahí esperando su momento, y la búsqueda de una verdad más plural, menos normativa, han hecho que estas historias ahora estén en las pantallas", analiza de los cambios en el cine con la irrupción de una nueva generación de directoras.

Tras ganar los premios Forqué y Feroz, Laia Costa es la gran favorita para el Goya a mejor actriz protagonista. Cinco lobitos es una película de consenso -es difícil encontrar a alguien que no haya llorado-, con sus cuatro intérpretes nominados y con las mismas candidaturas que Alcarràs. Un éxito que la actriz celebra con todo el equipo. "Sentimos que estamos toda la familia de los lobitos y eso es muy hermoso. Al final las películas las hacemos entre todos y es bonito cuando vamos todos de la mano en el reconocimiento", concluye.