Trucos para mejorar la memoria a largo plazo

Existen varios tipos de memoria, como la memoria a corto plazo o la memoria sensorial, que es la capacidad que tenemos de almacenar información a través de los sentidos por unos milisegundos.

La memoria sensorial

Se trata de una respuesta inmediata de nuestro cerebro a un estímulo. Esta parte de la memoria consigue que puedas visualizar conceptos rápidamente. Sin embargo, hablamos de un estímulo que si no pasa a la memoria a corto plazo se pierde. Según la revista de Psicología Online, “la memoria sensorial también hace el trabajo sucio de analizar en masa los estímulos sensoriales y decidir cuáles vale la pena que pasen a la consciencia. Es una especie de "portero" que se coloca en la entrada de nuestro cerebro consciente y decide quién vale la pena dejar entrar y quién no". Que las personas se puedan concentrar, obviando en ocasiones el ruido externo, como la música , las luces o indeterminadas distracciones, se debe, en parte, a la memoria sensorial. También la habilidad de reconocer a alguien que no estás viendo, solo por la voz.

¿Estos recuerdos pasan a formar parte de la memoria a corto plazo?

La memoria a corto plazo

Una vez seleccionadas las partes relevantes, estas se almacenan en la memoria a corto plazo, pero la capacidad de la memoria a corto plazo es limitada. Todo lo contrario a lo que sucede en la memoria a largo plazo.

¿Y la memoria a corto plazo y a largo tienen algo que ver?

La memoria a largo plazo

La memoria a largo plazo permite acordarse de algunas cosas mientras se hacen otras. Por ejemplo, si estás cocinando lentejas, mientras cortas la verdura, piensas en sacar el caldo, las especias, el aceite… Y luego la memoria a largo plazo ya consigue que nos acordemos de cosas de forma duradera y hay dos tipos: implícita y explícita. La implícita es a nivel inconsciente, como aprender a montar en bici o conducir. Y la explícita está más asociada a la que se nos viene a la cabeza cuando nos hablan de memoria. Recordar las capitales de los países, recordar tu fiesta de cumpleaños o memorizar todas las lecciones para un examen.

Trucos para mejorar la memoria a largo plazo

Según la revista Muy interesante, un estudio publicado en la revista Journal of Criminal Psychology llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Surrey en Reino Unido con 178 participantes, concluyó que recordamos hasta con un 23% más de eficacia (recordamos con más precisión los detalles) si tenemos los ojos cerrados a si los tenemos abiertos.

Según la web de neurología.com, “científicos estadounidenses han observado que apretar los puños ayuda a estimular los hemisferios cerebrales que están involucrados en los procesos de memoria.”

Por lo tanto, viaja todo lo que puedas, salir de casa tiene muchísimos beneficios. Y es que tu cerebro está explorando muchísimas sensaciones nuevas y reteniendo un montón de datos y eso hace que lo ejercites mientras te diviertes. Salir de la rutina, cambiar de ruta para ir al trabajo (sin utilizar el GPS), cocinar sin receta, jugar al solitario, ajedrez, leer libros, comer sano y hacer deporte. Aunque puedan parecer clásicos, comer sano hace que tengas los nutrientes apropiados para que tu cerebro trabaje de forma mucho más fluida y el deporte aeróbico ayuda mucho a la memoria.

También es importante quitarse todo el estrés posible porque éste inflama al cerebro y no le deja pensar bien. Además, de deben incrementar las relaciones con otras personas y participar en conversaciones. Recordar todas las noches tu día a día con el máximo lujo de detalles también es esencial para ejercitar la memoria, así como hacer la compra sin una lista, recordar números de teléfono de personas allegadas, leer y usar reglas mnemotécnicas.

Lo esencial a la hora de ejercitar nuestra memoria es ser constantes y realizar ejercicios y hábitos de forma constante