La peseta que nos pidió Lola Flores. La historia de una sentencia que quiso ser ejemplar

El Fiscal que pidió una multa de 145 millones y dos años y un mes de prisión para la faraona recuerda cómo fue el juicio que nos ayudó a entender que Hacienda somos todos.

Lola Flores y la peseta que pidió a todos los españoles

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Ana Uslé AnaUsle

Cadena SER01/02/2023 - 14:44 UTC

Madrid

Ella no era igual a todos. Todos no éramos Lola Flores. A principios de los años 80 todos los españoles estábamos obligados a presentar la declaración anual de la renta por la nueva ley del IRPF de 1978, una ley que fue parte de la reforma fiscal de 1977 impulsada por el ministro Francisco Fernández Ordóñez. Queríamos alcanzar las modernas economías europeas y dejar atrás el régimen franquista, había que arrimar el hombro.

Desde que se produjo ese cambio legal, Hacienda comenzó una campaña de concienciación fiscal que rezaba “Ahora, Hacienda somos todos. No nos engañemos”, en el que figuró por ejemplo Bárbara Rey diciendo en un anuncio "que no se puede ser feliz engañando".

Entonces Hacienda trabajaba con un sistema informático muy rudimentario, lejos de las bases de datos y los recursos que tuvo años después. Para cotejar los ingresos de los trabajadores con nómina lo tenían más difícil, pero para comprobar las grandes fortunas, los números astronómicos de deportistas, cantantes, toreros... se tiraba de revistas. Así se comprobó que Lola Flores no había hecho la declaración de la renta durante los años 82, 83, 84 y 85, cuando al parecer había ganado 200 millones de pesetas.

Dos años después de conocerse la noticia llegó el juicio; el 13 de marzo de 1989, Lola Flores se sentó en el banquillo durante tres días, en la Audiencia Provincial de Madrid. La fiscalía pedía una multa de 145 millones y dos años y un mes de prisión, pero fue absuelta al entender que no se podía establacer con exactitud la cuantía del fraude, aunque sí reconocían que había intentado defraudar. El ministerio de Economía y Hacienda recurrió la sentencia y en enero de 1991 el Tribunal Supremo la condenó, pero por la mínima: 28 millones de pesetas y nada de cárcel.

Luis Jordana de Pozas, el fiscal del caso, recuerda en Hoy por Hoy conversando con Ángels Barceló, que no tuvo presiones directas en el procedimiento judicial, pero sí presiones ambientales. "La Hacienda pública hizo de esto un estandarte y recuerdo que el entonces Delegado de Hacienda me comentó que, como consecuencia de la presentación de la querella, había aumentado la recaudación significativamente". Su relación con Lola Flores fue normal, no le dedicó ninguna copla. "Ella tenía un carácter peculiar y yo tenía entonces 31 años. Yo no era el fiscal, yo era el "shiquillo", "shiquillo, cantidad de datos te caben en la cabeza".

¿Entonces quién ganó la partida? ¿Fue la de Lola Flores una sentencia ejemplar? ¿Salió airosa? ¿Nos hizo ver que Hacienda somos todos? ¿O no perdonamos a La Faraona que se creyese más que nosotros? Quizá esa peseta Lola Flores se la pedía a una España que estaba cambiando, que ya empezaba a dominar el Programa Padre para hacer la declaración de Hacienda, una España que ya no estaba tan a su vera y que no quería que nadie se creyese más que nadie.

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Ana Uslé

Redactora y guionista de programas en Cadena SER desde 2008