Así se desmontó la mayor red de "esclavos" que operaba en España hasta 2008
Tras las intervenciones de Guardia Civil y Policía Nacional, la ONG Accem asiste en la acogida de víctimas de explotación laboral
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¿Aún existen esclavos en España?
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Madrid
En 2008, un hombre árabe, abandonado en un pueblo de León, en un estado lamentable, necesita ayuda para sobrevivir. Está muy por debajo del que debería ser su peso. Cuando los vecinos le prestan ayuda y es atendido, comienza un relato que destapó una de las mayores tramas de explotación laboral en España. Con unos detalles tan crueles y carentes de humanidad, que cuesta creer que eso ocurra aquí, a nuestro lado, mientras nosotros no nos damos cuenta. Era la 'Operación Pollo'.
Aquel hombre que había llegado un año antes a España, gracias a un compatriota marroquí, de nombre Mohammed, que le había dicho que estaba triunfando en España como ganadero y que a cambio de 10.000 euros le podía conseguir trabajo y permiso de residencia. Pero lo que se encontró fue que su supuesto amigo le condujo hasta un pueblo de la provincia y lo dejó allí para pastorear en jornadas laborales infinitas. Al poco tiempo llegó otro hombre, con las mismas circunstancias. Los dos compartían una habitación sin luz, ni agua, sin alimentos y sin posibilidad de lavarse.
La fiscalía de León y la de Lugo comenzaron a investigar quién era este Mohammed y si estos eran unos casos aislados y resultó que nada más lejos de la realidad. Acababa de comenzar la operación Pollo en la que se destapó una red con casi una veintena de empresarios ganaderos de Galicia involucrados y cuyos tentáculos se extendían a puestos de la Administración compinchados con el cabecilla de la trama para conseguir papeles para los migrantes engañados. Era el plan perfecto: se aprovechaba de víctimas vulnerables a las que era muy difícil que alguien escuchara, exprimía sus ahorros gracias a la esperanza de una vida mejor y los empresarios se prestaban a fingir que esos trabajadores estaban en sus empresas cuando en realidad todos trabajaban en las empresas de pollos de Mohammed.
Cuando la explotación está a la vista de todos: 30 euros por jornadas de 12 de trabajo
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Era una simple tapadera para fingir que los permisos de residencia los apoyaban diferentes fabricas y no solo la de Mohammed, algo que habría despertado sospechas. A veces los migrantes explotados también trabajaban en sus empresas, también de forma denigrante, pero casi todos eran empleados en las empresas de pollos de Mohammed, casi siempre en horario nocturno, tras lo que tenían que volver a un piso patera que además estaba a unos metros de los juzgados de Lugo.
¿Aún existen los esclavos?
Fue detenido, cumplió un año de prisión preventiva y ahora se ha esfumado. Hemos dicho que este caso se destapó en 2008 y hasta 2022 no ha acabado el proceso judicial. Durante este tiempo una sucesión de demoras y obstáculos provocó que el caso se fuera desinflando. Finalmente la fiscalía pactó penas mínimas para los empresarios, una multa de 3.000 euros para los afectados y la orden de busca y captura contra Mohammed sigue vigente.
Teresa De Gasperis trabaja con Accem. Esta ONG que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas refugiadas y migrantes o colectivos más vulnerables) en programas de lucha contra la trata de personas. Apunta que "el enfoque en España y en Europa se centra en la trata de mujeres para explotación sexual", ya que es la más numerosa," pero también se da en otros perfiles". "Cuando hablamos de trata para explotación laboral la mayoría son hombres", apunta. Otros factores como las nacionalidades dependen "de la situación en los países de origen".
Colaboración con Policía y Guardia Civil
Señala que en "ha aumentado la trata con personas españolas desde el coronavirus". Y es que Accem colabora codo con codo junto a la Policía Nacional y la Guardia Civil. "Tras una intervención nos pueden pedir apoyo para acogida o asistencia". Pero, también, los ciudadanos pueden intervenir como les ha ocurrido en caso de "explotación de mendigos". "Tenemos indicadores que nos hacen sospechar sobre las víctimas", apunta.
En el caso de los prostíbulos, los proxenetas no permiten que las mujeres repitan servicios con el mismo cliente, ya que se puede generar un ambiente de confianza que puede sacar a la luz la situación de estas víctimas. "Nos ha pasado casos de clientes que han pedido regularizar la situación de víctimas de explotación sexual", comenta. Una vez mejoran la situación de las víctimas de explotación velan por un regreso tranquilo a sus hogares. "Piden volver a sus países, pero tenemos que ver si es seguro, para que no corran riesgos de que los tratantes tomen represalias", culmina.
¿Qué esconden los huesos?
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