Es nuestra casa

Madrid

Es nuestra casa. Al igual que sucedió en el Capitolio hace dos años, alguno de los ocupantes bolsonaristas del Senado brasileño, sentados despatarrado en el sillón presidencial de esa institución, gritaba mirando su móvil: "Esta es nuestra casa". Ese es el problema principal de los asaltantes de Washington y de la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia, que ontológicamente no supieron ganar cuando ganaron y no han sabido perder cuando perdieron. Esto es, no tuvieron en cuenta las reglas de la democracia. Tanto Estados Unidos como Brasil son continentes en sí mismos, con lo que ello puede tener de efecto contagio al resto del mundo.

El último informe del prestigioso instituto sueco V-Dem constata un claro retroceso democrático en el mundo. Según sus baremos, en 2021 un 70% de la población mundial vivía en autocracias más o menos rígidas, frente a un 46% de una década antes. Se observa un deterioro de la democracia debido a su fragilidad interna y a la amenaza exterior procedente de regímenes autoritarios. Será muy significativo conocer los entresijos y las tramas financiadoras del intento de golpe de Estado contra Lula. Como poco a poco vamos sabiendo lo que aconteció en Estados Unidos.