'Tarzán de los monos', un icono cultural que representa la clásica encarnación de un sueño

Edgar Rice Burroughs nació en Chicago el 1 de septiembre de 1875 y murió en Los Ángeles en 1950. Es el autor de cerca de 70 novelas entre las cuales está la serie de 24 novelas de Tarzán. En 1911 decidió probar fortuna con su primer relato: 'Bajo las lunas de Marte', una historia de ciencia ficción cuyo protagonista es el héroe John Carter. Animado por el inesperado éxito, Burroughs escribiría también por entregas, en 1912, el relato que lo lanzaría a la fama: 'Tarzán de los monos'.

En 1914 Burroughs publicó 'Tarzán de los monos' en formato de libro e hizo historia. Hasta la fecha las novelas de Tarzán han vendido cerca de 50 millones de ejemplares en más de 50 lenguas. Es una novela muy divertida, emocionante y muy sorprendente, llena de acción y de humor. Una experiencia única.

Como señala J. M. Sadurní en Historia National Geographic, el éxito obtenido por 'Tarzán de los monos' por entregas fue tal que en 1914 se editó en forma de libro llegando a ser el primero en las listas de ventas. Tarzán se convirtió en una sensación y Burroughs estaba decidido a rentabilizar al máximo la popularidad de su personaje. Planeó explotarlo a través de varios medios, incluida una tira cómica, películas y todo tipo de productos. Pero varios expertos se lo desaconsejaron, afirmando que los diferentes medios acabarían compitiendo entre sí. Pero Burroughs hizo oídos sordos y siguió adelante demostrando a todo el mundo que él tenía razón y que los expertos estaban equivocados: el público quería a Tarzán en cualquier formato y aún hoy en día Tarzán sigue siendo uno de los personajes de ficción con más éxito; incluso ha acabado convirtiéndose en un icono cultural.

Un talento del que pocos escritores pueden presumir

Burroughs tiene un talento del que pocos escritores disponen: es capaz de describir la acción gráficamente. En términos de acción, Tarzán es excelente. Además, hay algo primario en el atractivo del Tarzán de 1914 que todavía puede sostenerse como figura de fantasía. A su modo inocente, la leyenda de Tarzán nos devuelve a ese Edén en el que, libre de ropa y de las inhibiciones de una sociedad opresiva, un hombre puede, no solo perdurar, sino prevalecer. Tarzán es la clásica encarnación del sueño, capaz de ofrecer al soñador una holgada sensación de dominio de un mundo que reduce al individuo cada vez en mayor medida.

Edgar Rice Burroughs dijo que las historias que escribió eran en su mayoría las que se contaba a sí mismo justo antes de quedarse dormido. Tarzán vivirá en África, se casará, criará un hijo, John, que en su momento crecerá y tendrá un hijo. Pero incluso ya abuelo, Tarzán sigue viviendo aventuras con seres humanos de 30 centímetros, con los descendientes de la Atlántida o con los herederos de una legión romana que todavía piensan que Roma domina el mundo. A lo largo de todas estas novelas el lector tiene la sensación de estar también soñando despierto. Tarzán siempre recibe un golpe en la cabeza y es capturado; siempre escapa; siempre hay una hermosa princesa o sacerdotisa suprema que lo ama y lo ayuda; siempre hay un amigo leal que lucha a su lado y siempre regresa con su mujer.

Este artículo contiene fragmentos del epílogo de Gore Vidal a la edición de Nórdica Libros.