Lo de Putin es felonía

Barcelona

Todo en Vladímir Putin es falso. Corrompe hasta el significado de las palabras. Dijo ayer que decretaba un alto el fuego de sus tropas invasoras en Ucrania, a petición del patriarca de la iglesia ortodoxa. Y precisó que la operación era unilateral. Pues bueno, unilateral significa que es sin condiciones. Que se realizará sí o sí, haga lo que haga la otra parte.

Y, sin embargo, exigía a cambio que la resistencia ucrania correspondiese de la misma forma: sin acuerdo previo, sin mediar negociación para concretar los términos, como si fuese bilateral. Siempre dice lo contrario de lo que hace: como que no pensaba entrar en Ucrania. Y la invadió a los pocos días.

Pero esta mañana su deshonestidad ha llegado al paroxismo. En el mismo momento, las 10 horas peninsulares, en que teóricamente empezaba a regir el alto el fuego, unas tropas mercenarias rusas han invadido otra ciudad ucrania.

Así que tenían razón el presidente Volodímir Zelenski y el Alto Representante europeo, Josep Borrell, al calificar el anuncio del Kremlin como una trampa, como un intento de ganar tiempo para reagrupar fuerzas.

El truco era abiertamente deshonesto. Iba destinado a engañar al rival, que habría quedado desprevenido de haber otorgado alguna credibilidad al anuncio de alto el fuego. En español esa conducta se denomina felonía. Es la deslealtad máxima, la traición, el perjurio, una acción fea. Putin es, en efecto, un personaje de conducta fea. Feísima.

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