Las lágrimas de Umtiti y su desafío a los cánticos racistas de los aficionados de la Lazio

Ayer se disputaba el encuentro entre el recién ascendido Lecce contra la Lazio, correspondiente a la decimosexta jornada de la Serie A. Parecería un partido cualquiera de la competición italiana, pero en él se produjo un suceso bochornoso que tuvo como protagonista a un viejo conocido del nuestro fútbol: Samuel Umtiti. Una parte de la afición del conjunto romano, que ha sido relacionada con movimientos fascistas en bastantes ocasiones, empezó a realizar cánticos e insultos racistas tanto al defensa cedido por el FC Barcelona como a su compañero de equipo Lameck Banda. El árbitro paró el encuentro y desde megafonía pidieron que cesaran con tan lamentable espectáculo. La hinchada local reaccionó coreando el nombre de Umtiti y, según cuentan en Italia, fue él mismo el que pidió que se reanudara el encuentro. Finalmente, se terminaría disputando y el Lecce se impuso a la Lazio por 2-1, con el central saliendo entre lágrimas por el episodio racista que había vivido sobre el terreno de juego. Según explicó Saverio Sticchi Damiani, presidente del club, a La Gazzeta dello Sport, este fue a abrazar a su jugador, que estaba visiblemente emocionado al terminar el encuentro, y explicó cómo fue él quien pidió que se jugara: «Cuando por megafonía pedimos el fin de los cánticos racistas, Samuel pedía que el partido se reanudara, porque quería responder en el campo a estos insultos. Reaccionó como un verdadero campeón». Desde las cuentas oficiales del Lecce han mostrado el cariño y apoyo a su jugador con un mensaje en Twitter. «Los cánticos racistas han sido sometidos por el coraje. Todo el pueblo ‘giallorosso’ ha gritado un solo nombre, el de Umtiti». Pero no ha sido la única reacción institucional al bochornoso lance. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, condenó los insultos racistas y mostró su apoyo a los jugadores con un mensaje en redes sociales: «Solidaridad con Samuel Umtiti y Lameck Banda. Gritemos fuerte y claro: no al racismo. Que la gran mayoría de los aficionados, que son buena gente, se pongan de pie para callar a todos los racistas de una vez por todas».