Si amanece nos vamosSi amanece nos vamos
Sociedad

La ciberdelincuencia y sus posibles víctimas

Los delitos dentro de la red cuentan con víctimas extremadamente vulnerables como los menores de edad y las personas ancianas

Ciberdelincuencia

Ciberdelincuencia

16:33

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1671753561452/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Phising

Se trata de una suplantación telemática de identidad para apropiarse de datos confidenciales y conseguir acceder al dinero de las víctimas.

El delito en sí consiste en obtener números de tarjetas de crédito, contraseñas, información de cuentas u otros datos personales por medio de engaños. Este tipo de fraude se efectúa habitualmente a través de mensajes de correo electrónico, mensajes de texto o de ventanas emergentes del ordenador.

Estos delitos requieren la colaboración de terceras personas que actúan sin querer saberlo como intermediarios. Los estafadores consiguen grandes transferencias de dinero que llegan a sus cuentas a través de intermediarios, llamados muleros y que son cómplices de un lavado de dinero.

Los ideadores del plan ofrecen trabajos en empresas fantasma a terceras personas, pero para que estas personas pueda darse de alta con esa clase de empresas debe rellenar un formulario en el cual indicará, entre otros datos, su número de cuenta bancaria. Este acto tiene la finalidad de ingresar en la cuenta del trabajador-víctima el dinero procedente de estafas bancarias realizadas por el método de phishing. Una vez contratada, la víctima se convierte automáticamente en lo que se conoce vulgarmente como mulero y con cada acto fraudulento el tercero recibe el cuantioso ingreso en su cuenta bancaria. Una vez recibido este ingreso, la víctima se queda un porcentaje como comisión de trabajo que oscila entre el 10% y el 20%, el resto lo reenviará a través de complejos sistemas de envío de dinero a cuentas indicadas por la seudo-empresa. De esta forma, el tercero se ve involucrado en un acto de estafa importante y puede ser responsable penal también.

Estafa romántica

La estafa romántica se puede encontrar en varios contextos. Uno de ellos es posible reconocerlo facilmente en el entorno de las páginas de citas. Un ejemplo claro de este ciberdelito es el expuesto a continuación:

Entre noviembre de 2015 y noviembre de 2016, Francisco estuvo suscrito a una página web de citas para personas solteras gays denominada 'XYZ', desde donde contactó con un chico denominado John y el cual resultó ser un perfil falso creado por Claudio (acusado). Ambos se intercambiaron números de teléfono para comunicarse y al poco de iniciar su amistad, bajo la creencia de estar hablando con 'John', el acusado le manifestó tener ciertos problemas. En este momento entró en acción Vanesa (acusada) y que actuaba como amigas del primer acusado, con el papel de explicar los problemas 'reales' del perfil creado y al que denominaron 'Jhon'. A medida que Francisco fue confiando en lo manifestado por la amiga, comenzó a realizar transferencias bancarias, así como en mano, hasta alcanzar la cantidad de 25.000€.

Mediante este caso se pueden entender dos posibles teorías, siendo la primera un delito de estafa y la segunda entendiendo que Francisco ha actuado voluntariamente. Aunque, en primer lugar, es necesario entender que ante la ausencia de voluntad se hablaría de un hurto, cuando existe violencia o intimidación se trata de un robo y cuando existe engaño se puede comprender como una estafa.

Menores de edad y ciberdelincuencia

Las peculiaridades que tienen los menores de edad en este aspecto son varias, entre las que se encuentran el hecho de que esa generación son nativos digitales y por ende poseen una habilidad innata para su uso que han llegado a ocupar un lugar central en su cotidianeidad. Por otro lado, son víctimas fáciles, por todo ello confluye inevitablemente con las limitaciones que les son propias, por su edad y falta de madurez, para prevenir los riesgos que asumen al mantener determinados contactos en la red o al «volcar» información sobre sí mismos en los foros o chats que habitualmente frecuentan. Todo lo anterior les hace víctimas fáciles de quienes aprovechan esa permanente conectividad, y las posibilidades que les brinda el ciberespacio, para ocultar su verdadera identidad y entablar con ellos/as ilícitos contactos que pueden afectar muy seriamente a sus derechos y libertades y a su normal desarrollo y evolución.

Entre los delitos cibernéticos que más afectan a los menores se encuentra el ciberbullying y la pornografía infantil. La Unión Europea ha manifestado que Europa se ha convertido en el mayor centro mundial de actuaciones relacionadas con pornografía infantil y actualmente uno de cada cinco niños/as es víctima de alguna forma de violencia sexual.

Los avances técnicos y científicos ofrecen cada día nuevas posibilidades para la transmisión de contenidos de forma segura y anónima: la mensajería instantánea, el cifrado de comunicaciones punto a punto, el uso de redes Tor o el sistema de almacenamiento de archivos en la «nube» que permite el acceso a los mismos sin previa descarga, son sin duda mecanismos que refuerzan la privacidad de las comunicaciones y de la navegación en el ciberespacio, pero que al tiempo constituyen serios obstáculos para la investigación criminal.

Personas mayores y ciberdelincuencia

Las personas que integran este colectivo son especialmente vulnerables frente a las actividades ilícitas que se cometen en el ciberespacio por dos razones, la progresiva digitalización de todo tipo de actividades, entre ellas las de carácter económico y/o financiero o las relacionadas con la prestación de cualquier clase de servicios. También los de carácter esencial como la electricidad o el suministro de agua o gas. La segunda se refugia en la soledad de muchas de las personas mayores, alejadas de su vida cotidiana.

Este colectivo se convierte en víctima de varios delitos cibernéticos entre los que se encuentra la suplantación de identidad. Supuestos empleados de la entidad bancaria, de la compañía aseguradora o de la empresa eléctrica prestadora del servicio logran acceder a sus claves y contraseñas bancarias, así como a la información alojada en sus dispositivos para apoderarse de sus ahorros. También han sido frecuentes los supuestos en que los delincuentes se han dirigido a través de la red a estas personas con ofertas fraudulentas de bienes y servicios, en ocasiones relacionados con una supuesta protección de su salud, consiguiendo de esa manera la entrega de cantidades de dinero sin contraprestación alguna. Además, en ocasiones, los criminales han aprovechado estos contactos para tomar conocimiento de la documentación y datos personales de sus víctimas que posteriormente han utilizado, usurpando dicha identidad, en actuaciones diversas, tales como adquisición de productos, contratación de servicios, apertura de líneas de crédito e, incluso, planificación y ejecución, con esa identidad supuesta, de fraudes a terceros, generando así nuevos y más graves perjuicios económicos y morales para los afectados.

Por todo ello es importante transmitirles que deben sentir vergüenza ya que son ciudadanos de primera y por tanto la justicia está para ayudarles y para protegerles.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00