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El discreto encanto de las propinas

"España es un país muy generoso, se mire por donde se mire. Aquí, cuando alguien no se gana la vida con comisiones ilegales, puede ganársela con propinas. Los derechos pasan, pero el aguinaldo permanece"

El discreto encanto de las propinas

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Barcelona

Lo que más me gusta de los belenes son los pastores. Mi tío Antonio hacía el pesebre con un pan de payés vaciado, y eso también me fascinaba porque la biografía de mi tío la relacionaba con el hambre. Y, por extensión, asumía que toda la gente del campo había pasado hambre, incluidas las figuras del Belén. Lo mismo me sucedía con el río de papel de aluminio sacado de las tabletas de chocolate. Entonces la mitología no era Willy Wonka, sino tocar la zambomba. También eran muy importantes las bufandas. Los niños las llevaban en la cara tapándose la boca; pero los auténticos profesionales de la bufanda se la ponían cruzada sobre el pecho. Cassen, en Plácido, la lleva de esa manera. Si uno se fija en la chupa de cuero y la gorra con visera y orejeras que lleva Plácido durante toda la película, se dará cuenta de que va vestido como Durruti. Quizá no sea una alegoría, sino que antes la gente iba así. Los pastores simbolizaban el mundo del que venía mi familia. Me refiero al pueblo. En los pastores con la zamarra de lanas y el cayado, o con el borrego sobre los hombros (moscóforo, más que un termino artístico, parecía el nombre de un boxeador), en aquellos pastores desperdigados, que aún no se llamaban Salicio y Nemoroso, veía yo ese largo camino hacia la nada en que consiste la emigración. Porque, una vez te vas, ya nunca llegas. Esto lo sentí de nuevo viendo a Fernando Rey rodeado de los suyos en medio de ese camino absurdo, en El discreto encanto de la burguesía, de Buñuel. Luego comprendí, pero ha sido más tarde, que lo mejor para aquellos pastores iba a ser darles una propina. España es un país muy generoso, se mire por donde se mire. Aquí, cuando alguien no se gana la vida con comisiones ilegales, puede ganársela con propinas. Los derechos pasan, pero el aguinaldo permanece.

 
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