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Sociedad

La laguna de 18 años en la vida de Cristo

La Biblia nunca ha hecho referencia a su vida entre los 12 y los 30

La imagen de Jesucristo que simboliza la etapa tras su muerte y posterior resurrección / ARTPLUS

En los Evangelios no se dice nada sobre su vida entre los 12 y los 30 años, una laguna de casi dos décadas que merece ser tratada. Algunas hipótesis sostienen que estuvo en Oriente, donde habría sido estudiante y maestro, trayendo luego a Judea lo aprendido. La expresión vida oculta de Jesús hace referencia al periodo indocumentado entre la infancia de Jesús y el comienzo de su ministerio según relata el Nuevo Testamento.

Aparte de la alusión genérica de que Jesús avanzaba en sabiduría, estatura, y en el favor de Dios y el hombre, la Biblia no dice nada más sobre su vida en este período. Una suposición común entre los cristianos es que Jesús simplemente vivió en Nazaret durante ese tiempo, pero hay otras.

Varios autores han afirmado haber encontrado pruebas de la existencia de escritos en India y el Tíbet que apoyan la creencia de que Cristo estuvo en la India durante este periodo de su vida. Sin embargo, este no sería el primer encuentro Oriente-Occidente. También estarían las

El "Evangelio de Acuario" por Levi H. Dowling fue escrito en 1908 y ha sido publicado constantemente desde entonces traducido a varios idiomas. Afirma ser la historia verdadera de la vida de Jesús, incluyendo los dieciocho años "perdidos" silenciados en el Nuevo Testamento. El relato sigue al joven Jesús a través de la India, el Tíbet, Persia, Asiria, Grecia y Egipto.

Jesús y la India

Según algunas especulaciones, Cristo pudo seguir dogmas budistas. Gruber y Kersten (1995) afirman que el budismo tuvo una influencia sustancial en la vida y las enseñanzas de Jesús. Aseveran que Jesús vivió la vida de un budista ideal y enseñaba el budismo a sus discípulos; su trabajo sigue los pasos del erudito del Nuevo Testamento de Oxford Barnett Hillman Streeter, quien estableció ya en la década de 1930 que la enseñanza moral de Buda tiene cuatro parecidos notables con el Sermón de la Montaña.

El santo Issa

En 1887 el corresponsal de guerra ruso Nicolás Notovitch visitó la India y el Tíbet. Afirmó que, en la lamasería o monasterio de Hemis Ladakh, oyó hablar de un manuscrito sobre la "Vida del Santo Issa, el Mejor de los Hijos de Hombres". Issa es el nombre árabe de Jesús. Su historia, junto con un texto traducido de la "Vida del Santo Issa", fue publicada en francés en 1894 con el nombre de "La vida desconocida de Jesucristo", y subsiguientemente traducida al inglés, alemán, español, e italiano.

Las escrituras de Notovitch crearon inmediatamente controversia. Max Mueller, orientalista alemán, publicó una carta que había recibido de un oficial colonial británico manifestando que la presencia de Notovitch en Ladakh "no estaba documentada". J. Archibald Douglas, entonces profesor de la Facultad de Agra también visitó el monasterio Hemis en 1895, pero afirmó que no encontró ninguna prueba de que Notovich había estado allí. Hay muy poca información biográfica acerca de Notovitch y no hay registro de su muerte.

Doctrina del Islam Ahmadiyya

Según algunos musulmanes del subcontinente, los Ahmadiyyas en particular, Jesús murió en la región de Cachemira a la edad de 120 años. Conocido como Isa, o Yuz Asaf ("líder de los sanados"). Por otro lado, "Cristo en Cachemira" por Aziz Kashmiri, "Jesús vivió y murió en Cachemira" de Andreas Faber Kaiser y "Jesús vivió en India" por Holger Kersten, enumeran documentos y artículos en apoyo de esta opinión .

Entre las teorías más expeditivas sobre la conexión espiritual Oriente-Occidente está la leyenda de que Jesús de Nazaret no murió en la cruz. Tras ser curado de las heridas, fue liberado y emprendió una peregrinación hacia el Este, siguiendo el rastro de las tribus perdidas de Israel, lo cual le habría llevado a vivir en la India hasta una edad muy avanzada.

Esta es la tesis, por ejemplo, de Andreas Faber Kaiser en su libro Jesús vivió y murió en Cachemira. En sintonía con esta visión particular de la historia, en Srinagar, capital de Jammu y Cachemira, se puede visitar la tumba de un peregrino enterrado hacia el año 100 que, además de vestir una túnica blanca, según relatos de la época tenía heridas en las manos y pies y llegó acompañado de una mujer llamada Marjan, que se correspondería con María Magdalena.

La llegada de Jesús a América: la visión de Joseph Smith

Según el Libro del Mormón, Jesucristo visitó el continente americano en el año 34 de nuestra era, después de ser crucificado y antes de subir al cielo, para predicar en “su otro rebaño”, compuesto por judíos de Israel, que ya estaban asentados aquí y que serían, posteriormente, los antecesores de los indígenas americanos.

Los miembros de una de las “tribus perdidas de Israel, descendientes de José”, afirma el libro, cruzaron el Océano Pacífico y llegaron a América. Un antiguo profeta israelita descendiente de esa tribu, Lehi, tuvo dos hijos en este continente: Nefi y Lamán. A la muerte de Lehi, sus descendientes se dividieron en dos grupos: nefitas y lamanitas. Durante siglos ambos grupos vivieron en continua disputa, pero Dios eligió a los nefitas como su pueblo, por su carácter bondadoso y justiciero y su creencia en la profecía que anunciaba la llegada de Cristo al continente americano, después de su muerte y resurrección. Los nefitas conservaron su historia y sus creencias religiosas por escrito, mientras los lamanitas repudiaron la existencia de Cristo.

Anticipándose a la destrucción de su pueblo por los lamanitas, Mormón, un profeta nefita, recopiló los escritos sagrados de su gente y los dejó en manos de su hijo Moroni, quien los enterró en un lugar donde Dios los preservaría hasta que otro profeta fuera llamado para traducirlos.

En 1823, en Nueva York, Moroni, como ángel de Dios, se le apareció a una persona común, José Smith, de 17 años, y le reveló dónde encontrar las tablas con el “Evangelio eterno completo, tal y como se los entregó Cristo a los antiguos habitantes de América”. Smith tradujo las tablas y las convirtió en lo que hoy se conoce como el Libro del Mormón. Ese texto relata la llegada de Cristo al continente americano luego de resucitar en Jerusalén, pero no identifica el lugar.

 
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