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Karmele Marchante: "Tómbola era sufrido y duro, llegaba al hotel llorando cada noche"

Aimar Bretos entrevista a la periodista catalana, que acaba de publicar sus memorias

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Madrid

Karmele Marchante es una periodista que ha entrevistado a la plana mayor de las FARC, que ha pasado un fin de año en la casa de Mario Benedetti en Cuba, que ha cenado en secreto con Santiago Carrillo y la Pasionaria en un Paris de exilio y que ha besado la mano de Simone de Beauvoir. Es una periodista que ha preguntado cara a cara a narcotraficantes colombianos, que ha reporteado en países como Guatemala o Islandia y que ha recorrido el África subsahariana siguiendo la ruta que hacen las mujeres traficadas. Y a pesar de hacer todo esto, hoy casi nadie recuerda todo eso. Solo se acuerdan de Tómbola.

Karmele publica ahora sus memorias en el libro 'No me callo', con Ediciones B. "Yo quería que saliera la parte profesional que ha estado opacada por el tiempo, el error que cometí estando en algunos programas del corazón", cuenta en Hora 25. "Me arrepiento muchísimo de haber entrado en el periodismo del corazón".

El programa Tómbola nació en 1997. Lo hizo "por casualidad" y, a partir de ahí, un éxito arrollador. "Las familias programaban sus cenas los jueves para ver Tómbola", cuenta Karmele, antes de explicar que detrás había un "engranaje brutal, muy fuerte". La periodista lo recuerda perfectamente: "Al Bano me tiró al suelo, Pocholo me tiró agua. Pasaba de todo en directo y a la gente le gustaba. Eso fue el nacimiento de los programas del corazón".

Karmele se convirtió, junto a Jesús Mariñas, en la protagonista de ese programa y de todo un tipo de televisión. Y, pese a la imagen que se veía ante la pantalla, lo que no se veía era mucho más oscuro. "Yo los primeros años me lo pasé bien, después no. Llegaba al hotel llorando cada noche. Era sufrido y duro", reconoce.

El momento más duro, dice, fue cuando Carmen Sevilla se enfrentó a ella en el programa porque Karmele había publicado una información que vinculaba a Sevilla con supuesta corrupción. "Me puso una demanda que yo perdí", dice. "Ella se lucró. Se fue de plató en plató y se ganó un montón de dinero a costa del honor que yo había mancillado". Y concluye: "es mala, malísima".

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El libro es un repaso a su vida desde su infancia. Empieza con la difícil relación que la periodista tuvo con sus padres. Habla de una infancia sin cariño, sin alegrías, llena de días tristes y vacíos, con una relación inexistente con tus padres. "Mis padres llegaron a ser un punto en el mapa, le daban los besos de buenas noches a mi hermana y a mí no me decían ni mu", recuerda hoy, antes de narrar la violencia que sufría a manos de su padre, con quien nunca tuvo buena relación. "Recuerdo que cogí el teléfono, de adolescente, me llamó una amiga del colegio, y estuvimos hablando en catalán y mi padre salió y me pegó una bofetada que me tiró al suelo". El momento más violento vino años más tarde. "De mayor tuvimos una discusión, no me acuerdo de qué, pero debió de ser muy fuerte porque él sacó una pistola cargada y me apuntó y me dijo 'te voy a matar' y yo le dije 'pues mátame'. Lo que me hizo más daño es que mi madre estaba presente y no terció ahí para nada", dice Karmele.

Dentro de ese recorrido por su vida, el libro es una anécdota detrás de otra. Y en una vida como la de Karmele, eso se convierte en un sinfín de historias delirantes. Como cuando le dio un porro a Santiago Carrillo ("El tío se lo fuma y dice: 'Ah, como la picadura de la guerra', o sea, que le gustó") o cuando perdió a su marido islandés por una secta. La secta Bahai. "La secta me quitó al marido, intentaron que me hiciera bahai, pero les dije que no". Lo que sí mantuvo es la nacionalidad islandesa. "Si pasa algo, me largo a Islandia. Si viene Vox me voy a Islandia".

Hoy Karmele se siente orgullosa de la trayectoria que ha tenido como feminista desde hace años; desde que cayó en sus manos un libro de Lidia Falcón. "Me lo esnifé en tres minutos". Ahí, cuenta, se hizo "feminista radical, éramos un grupo como la Baader Meinhof", en referencia al conocido RFA de Ulrike Meinhof.

¿Y cómo está viviendo la división actual dentro del feminismo? "Con mucha tristeza, porque siempre habíamos estado unidas, además es que las feministas consideramos que las mujeres somos hermanas". En ese sentido, Karmele es defensora de la recién aprobada Ley Trans, foco de una de las mayores divisiones dentro del movimiento feminista. "Me parece bien la ley trans, está bien hecha, me la he leído, y me parece muy bien. La gente que conozco trans lo tiene muy difícil y sé que sufren y no tengo por qué oponerme a la ley trans".

Karmele Marchante

Karmele Marchante

26:04

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Víctor M. Olazábal

Víctor M. Olazábal

Subdirector de Hora 25. Antes fue corresponsal en India para diversos medios españoles. Especializado...

 
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