Sociedad

Esterilizar a los gatos callejeros y soltarlos, una de las medidas de la Ley de Bienestar Animal que más critican los científicos

Los expertos aseguran que estos felinos suponen un enorme peligro para la conservación de la biodiversidad porque son depredadores de la fauna silvestre y transmiten enfermedades

Colonia felina en el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba. EFE/Salas / Salas EFE

Madrid

La Ley de Bienestar Animal impulsada por el Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030 no solo tiene encima la lupa del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que esta misma semana ha concluido un duro borrador sobre la norma. También sigue de cerca su tramitación la comunidad científica, que desde que conoció el primer texto en el que trabajaba el departamento dirigido por Ione Belarra ha ido advirtiendo de los problemas que podrían derivarse de esa norma.

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A su juicio es una norma llena de fallos y el problema más grave tiene que ver con las colonias de gatos callejeros. La ley plantea esterilizarlos y soltarlos otra vez, pero los expertos advierten de que esto provoca un problema enorme de conservación de la biodiversidad. "Bajará un poco la natalidad de los gatos porque muchos estarán castrados, pero van a perpetuar un problema que ya existe: el efecto de depredación que tienen los gatos sobre la fauna silvestre -las especies nativas-, la transmisión de enfermedades a fauna silvestre e incluso a la gente y un problema también de salud", asegura Martina Carrete, profesora de Ecología de la Universidad Pablo de Olavide y asesora del Ministerio de Transición Ecológica en materia de especies invasoras.

También representaría un problema económico, añade Carrete, porque aunque no hay un censo de gatos callejeros, la norma establece que los Ayuntamientos deberán hacerse cargo de tener instalaciones limpias y al aire libre para darles de comer y deberán pagar por la esterilización y la comida de esos animales. "Eso es un coste enorme".

Especies invasoras

La experta asegura que esta ley invade las competencias del Real Decreto de Especies Invasoras, que establece que cuando una mascota no vive con la gente y se asilvestra, se debe gestionar como una especie invasora. Carrete explica que estos animales son depredadores "de casi cualquier otro vertebrado pequeño" y provocan un problema de conservación de la biodiversidad.

"Hay que aplicar medidas eficientes para que esa especie tienda a tener un tamaño poblacional lo más pequeño posible y no tenga un impacto en la naturaleza. Todo depende del volumen que tengas, pero muchas veces eso supone capturarlos, enjaularlos, llevarlos a protectoras, hacer planes de adopción y en algunos casos matar a individuos. Eso es la gestión de especies invasoras", explica.

La comunidad científica propone que haya lugares en los que no pueda haber ni un solo gato silvestre: en las islas Canarias y Baleares, en los espacios protegidos y donde haya especies amenazadas. "Además habrá que hacer evaluaciones de impacto ambiental para ver en qué zonas no producen impacto". Carrete cree que esta norma debería estar enfocada a exclusivamente a animales de compañía y que el problema de los gatos callejeros habría que abordarlo de otra manera.

Ana Corbatón

Ana Corbatón

Redactora en los servicios informativos de la Cadena SER. Hora 25. Antes en Hoy por Hoy y Hora 14.

 
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