Tecnología española en la Luna: Airbus Crisa diseña los sistemas de los que depende la vida de los astronautas

Madrid

Después de varios intentos, frustrados por las condiciones meteorológicas, finalmente la NASA lanzó este miércoles al espacio la misión Artemis 1. Es el primer paso de un proyecto que tiene dos grandes hitos: el alunizaje de una nave tripulada en 2025 y el establecimiento de una estación espacial permanente en la órbita lunar en 2027. Una ambiciosa empresa que cuenta con una contribución muy importante, vital, de la industria aeronáutica española.

En la sede de Airbus Crisa en Tres Cantos (Madrid) llevan trabajando en este proyecto desde 2013. Cerca de 60 ingenieros han diseñado, fabricado y probado los sistemas de control de temperatura y de suministro de aire y agua de la nave Orion, que se integran en Módulo de Servicio Europeo. Con un volumen de apenas 16 litros y solo 12 kilos de peso, estos sistemas gestionan más de 200 sensores y diez electroválvulas de gestión de aire y agua. "Son unidades esenciales muy relacionadas con aspectos de seguridad y con la vida de los propios astronautas", comenta Fernando Gómez-Carpintero, CEO de la compañía.

Según explica, estos dispositivos realizan el control térmico del interior de la cápsula y de los sistemas auxiliares, "para verificar que se encuentran en la zona segura de operación y que no hay riesgo de incendio o de mal funcionamiento". Además, también controlan las válvulas empleadas en el suministro de aire y agua a la nave. "Son parámetros muy críticos asociados a la supervivencia de la tripulación y eso tiene un impacto directo en los requisitos de estas electrónicas en cuanto a fiabilidad, redundancia o tolerancia a fallos", señala Gómez-Carpintero.

En su opinión, esta participación en elementos críticos de la misión relacionados con el vuelo supone "un salto enorme" en relación con la misión Apolo que llevó al ser humano por primera vez a la Luna. "En España hubo una contribución importante porque en el momento justo del alunizaje la señal se recibía desde el complejo de antenas de Robledo de Chavela y esto generó un impacto en España muy relevante, de hecho aquí algunos ingenieros senior que están en este sector por esos momentos de Apolo. Pero una diferencia fundamental es que esta vez la NASA ha confiado en una empresa fuera de Estados Unidos que se llama Airbus, y Airbus Crisa, para hacer elementos críticos ya no solo del sistema terreno, sino del propio vehículo. Eso es una de las diferencias fundamentales y habla mucho de cómo ha evolucionado el sector en España", señala Gómez-Carpintero.

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Presencia permanente en la Luna

La misión Artemis 1 vendría a ser el primer gran vuelo de prueba: la nave viaja sin tripulación a bordo, realizará varias órbitas a la Luna y amerizará en algún lugar del océano Pacífico en un mes y medio. En 2024 la NASA lanzará la misión Artemis 2 y al año siguiente Artemis 3, que volverá a llevar al ser humano a la superficie lunar 53 años después de su última visita. Será la primera vez que una mujer y que un hombre no blanco pisen la Luna. La siguiente misión, la Artemis 4, tendrá como objetivo establecer una estación espacial permanente en la órbita lunar, llamada Gateway. Y aquí la contribución española será mayor.

Si en las tres primeras Artemis han trabajado entre 50 y 60 ingenieros, en la cuarta está implicada prácticamente toda la plantilla de Airbus Crisa, cerca de 600 personas. "Estamos haciendo todo el sistema de gestión de potencia a bordo de la estación espacial. Esto es, de nuevo, un aspecto crítico, en el sentido de que fuera de la del confort de la atmósfera, todo necesita energía. Para respirar, para ver, para comunicarse... Toda todo ese sistema de energía se proporciona desde equipos que se han diseñado, fabricado y probado en nuestras instalaciones de Tres Cantos", comenta el CEO de la compañía.

Un reto diferente a todos

Después de casi 40 años de experiencia, Airbus Crisa ha participado en más de 300 misiones y ahora mismo hay más de dos toneladas de equipos electrónicos diseñados por esta empresa volando en algún punto del sistema solar. También ha participado en todos los 'rovers' que circulan por Marte. Pero para Fernando Gómez-Carpintero, este proyecto es diferente: "La exploración humana tiene un aspecto casi romántico y de motivación para todos los equipos que marca la diferencia". Según explica, "ha habido un plus por ser responsables de la vida humana, entonces hay unos requisitos de 'safety' y de redundancia en nuestra funcionalidad que tiene que garantizarse incluso después de fallo. No contemplamos la posibilidad de que nuestra funcionalidad se pierda y eso pueda afectar a la supervivencia".

A este desafío, añade el reto tecnológico. Desde las misiones Apolo, lo más lejos que ha llegado el ser humano ha sido a la Estación Espacial Internacional, a unos 400 kilómetros de la Tierra. "La Luna está a 400.000 kilómetros, una distancia mil veces superior. Esto impone un requisito fuerte a nivel de prestaciones. Hay que ser muy compacto en el sentido de volumen, de masa. Físicamente es costoso y difícil llevar masa a una distancia tan lejos como la Luna y eso al final supone un requisito tecnológico sobre nuestra contribución", comenta el CEO de Airbus Crisa.

La misión Artemis, explica, no solo supondrá el regreso del ser humano a la Luna, también abrirá la puerta a explorar otros planetas gracias a esa estación permanente en la órbita lunar: "Este Gateway es un punto ideal sobre el cual lanzar misiones hacia la superficie de la Luna. Y luego, además, va a ser la plataforma de lanzamiento para ir a otros planetas, en primera instancia, Marte".