Fútbol

Qatar 2022: el mundial donde esperar lo increíble

En el discurso de agradecimiento tras la elección de Qatar, el hermano del emir puso la primera piedra para el eslogan del Mundial 2022: “Expect amazing”; lo asombroso estaba por venir y justamente tenían razón

Una mascota de La'eeb en Lusail / KIRILL KUDRYAVTSEV

Qatar está desesperada por lavar su imagen después del boicot colectivo del que se sienten ‘víctimas’ por parte de Europa. Su última invención: pagar a aficionados que sirvan como ‘embajadores’ del torneo. Banderas, grupos animando a cada una de las selecciones favoritas y una sensación generalizada de estar inmersos en un show de Truman versión mundialista.

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Las federaciones alemana y danesa parecen hacerle frente al Mundial de Qatar. Desde el principio han sido muy duras con un país que no respeta los derechos humanos y lo han hecho saber a través de numerosas muestras a lo largo de los últimos meses. Mientras, España, aboga simplemente por lucir el 'Respect' de su camiseta.

La falsa promesa del punto de inflexión

Qatar tiene bajo la alfombra del Mundial en el que ‘debes esperarte lo increíble’, ese es su lema para este torneo, a miles de víctimas por las condiciones inhumanas a las que los hacen trabajar, otros cuantos afectados por no amar libremente y muchas por el simple hecho de ser mujeres. Mientras la RFEF afirma que Arabia Saudí da pasos hacia delante gracias su Supercopa, Qatar promete con la boca pequeña que este será un punto de inflexión para su sociedad.

Aquel 2 de diciembre de 2010, cuando se concedió a Qatar el privilegio - de legitimidad cuestionable- para albergar la Copa del Mundo, se encontraba el hermano del emir de Qatar, Mohammed Bin Hamad Al Thani. En su discurso, como cara visible de la candidatura, daba las gracias por la oportunidad que le habían otorgado a su país - las gracias más caras del mundo, por otro lado - y puso la primera piedra para el eslogan del Mundial 2022: "Expect amazing". Lo increíble estaba por venir y justamente tenían razón.

No tardó mucho Sepp Blatter, presidente de FIFA en aquel momento, en arrepentirse de la elección, pero ya era tarde. No hubo opción de reelección siquiera. Ni el FBI, ni la presión de diferentes federaciones, ni la ‘renovación’ de UEFA y FIFA han sido capaces de mover un Mundial que jamás se debería disputar donde lo hará. Por sus irregularidades demostradas y sus trampas en la elección, así como por sus flagrantes faltas al cumplimiento de los derechos humanos en pleno siglo XXI.

Mujeres, homosexuales y trabajadores migrantes, apestados en Qatar

En Qatar, la mujer está completamente supeditada al hombre. Un sistema machista hasta la médula, donde viajar al extranjero, optar a un empleo público, casarse, ir a un bar o incluso alquilar una habitación de hotel estando soltera y siendo menor de 30 años puede estar prohibido o ser un lujo solo al alcance de las clases más pudientes.

Un país homófobo. ¿Por qué? Qatar castiga las relaciones sexuales consentidas entre hombres con hasta siete años de prisión. También prevé penas de entre 1 y 3 años para cualquier varón que "instigue" o "incite" a otro a "cometer un acto de sodomía o inmoralidad". También se impone una pena de diez años de prisión a quien mantenga relaciones sexuales consentidas con una persona mayor de dieciséis años, fuera del matrimonio, lo que podría aplicarse a las relaciones consentidas entre mujeres, hombres o parejas heterosexuales del mismo sexo.

Dos mujeres se besan en un acto reivindicativo en Zurich / FABRICE COFFRINI

Un país sin derechos para los trabajadores extranjeros. Es el caso que afecta de lleno a los miles de obreros víctimas de unas condiciones de trabajo abusivas mientras construían los estadios. Si en cuanto a las relaciones extramatrimoniales aparece el término zina para definirlas, el sistema de semiesclavitud al que se ven sometidos los trabajadores migrantes lleva el nombre de kafala. El empleador tiene poder absoluto de decisión sobre el trabajador. Sueldo, manutención, permiso de residencia… En el caso de que no cumpla con las demandas del empleador, tiene todas las armas de la ley para abandonarlo a su suerte después de explotarlo y permitir su deportación.

Según datos publicados por The Guardian, han sido más de 6.500 los trabajadores muertos en obras de los estadios, de los cuales FIFA reconoce a tres de ellos. Tres. Mientras, los testimonios de algunos de ellos hacen estremecer al mundo: “Quiero que me devuelvan mi pasaporte [y] el campamento no está bien, dormimos ocho en una habitación; son demasiados. Pero no puedo quejarme [porque] me echarían del trabajo”, afirmó en un testimonio desgarrador el jardinero de la Academia Aspire a Amnistía Internacional, con vinculación directa a la organización del Mundial y acondicionamiento de los estadios.

Derechos humanos sin cumplir, un proceso de elección corrupto y FIFA, que vuelve a girar la cabeza a un lado, como hizo hace 44 años en Argentina. El Mundial sigue su curso y se va a celebrar a pesar de todo el chapapote que inunda su realidad. A través de la pantalla, se verán luces de color, no obstante, el país sigue en una realidad más propia del blanco y negro. El fútbol, durante este Mundial por lo menos, dejará de ser del pueblo.

El respeto a los Derechos Humanos se queda fuera de la alineación en el mundial de Qatar

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Ricky Dias

Ricky Dias

Ourense, 1997. Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Llegó a la redacción...

 
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