El Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU envía un sutil toque de atención a Marlaska por la tragedia de Melilla

El Ministerio del Interior llevaba meses preparando su homenaje a la Oficina de Asilo y Refugio que celebra sus 30 años de vida. En el mes de junio comenzaron esos preparativos, pero la fecha elegida para su aniversario coincidió con una semana crítica para el Ministerio del Interior.

Solo cuatro días después de que la Cadena SER adelantase el informe completo de la resolución preliminar del Defensor del Pueblo, en el que se alertaba, por ejemplo, que la Guardia Civil “pudo intensificar el riesgo aquel 24 de Junio al rociar a los migrantes con espray -gas pimienta-”, el pasado miércoles, el Ministerio del Interior decidió reunir en un mismo acto al Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo – que conversó amigablemente con el Ministro del Interior- y a las principales organizaciones que ayudan a los refugiados en nuestro país, entre ellas, a CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) y ACCEM, que recibieron una distinción por su trabajo de ayuda a las personas que necesitan protección internacional.

Ese acto también contó con un invitado de renombre. Nada menos que el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR), Filippo Grandi que recibió una condecoración a manos del mismísimo Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Se esperaba que el máximo representante de ACNUR hiciese alguna mención a la tragedia de Melilla, pero su mensaje fue muy sutil. Sin mencionarlo en ningún momento, lanzó un dardo directo a los cimientos del Ministerio del Interior en plena investigación por la tragedia del 24 de junio en la valla de Melilla.

Ante la atenta mirada de Grande Marlaska, sentado muy cerca del Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo escuchó cómo el Alto Comisionado para los Refugiados advirtió que “si bien reconocemos la complejidad y los retos de la gestión de las fronteras, el control fronterizo no es incompatible con la protección de refugiados”, al tiempo que Grandi recordó al Gobierno español que “contamos con los recursos legales y prácticos, con fundamentos morales, para recibir, identificar y asegurar la protección a aquellos que la necesitan”.

Esas palabras llegan después de que el Defensor del Pueblo zanjase en su informe preliminar que, al menos 470 personas fueron rechazadas de forma ilegal – una devolución en caliente-, porque según su resolución completa, los Guardia Civiles protagonizaron "entregas expeditivas a través del vallado" a la gendarmería marroquí, un rechazo en frontera que "no se hizo con las mínimas exigencias legales".