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Sergio Pascual: "Es lógico que Iglesias me cesara a la vista de los documentos que vio, yo hice mal en no dimitir antes"

Aimar Bretos entrevista al exsecretario de Organización de Podemos

Las entrevistas de Aimar | Sergio Pascual

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Madrid

El martes 15 de marzo de 2016 se hizo pública y oficial la división dentro de Podemos entre los afines a Pablo Iglesias y los afines a Íñigo Errejón. Los pablistas, los errejonistas y aquella lucha intestina que ocupó tantas portadas en un momento político crucial porque el partido, y el país, estaban en mitad de un debate intensísimo: el auge de la nueva política, pactar o no con el PSOE y Ciudadanos para echar o no a Rajoy o ir a unas nuevas elecciones. Una época política vibrante.

Ese 15 de marzo, Pablo Iglesias cesaba al secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, del ala errejonista, una decisión que hoy Pascual ve "lógica" por el momento extremo al que habían llegado ambas facciones. "Lo importante es cómo terminan las cosas", le dijo tiempo después Iglesias, cuando hablaban sobre las relaciones personales en política. Pero para saber cómo terminan, hay que saber de dónde vienen. Dónde y cómo nacen. Y cuándo se rompen. Y para conocer eso, Pascual cuenta ahora cómo vivió él, protagonista en primera línea, esos primeros meses del partido morado en el libro 'Un cadáver en el Congreso: del sí se puede al no se quiere', de la editorial Altamarea.

Sergio Pascual

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Cuenta Pascual que Iglesias y Errejón tenían "dos visiones completamente diferentes" en la estrategia del partido, dos posturas que solo se encontraron "en las elecciones de 2015 porque tácticamente coincidían, pero a la larga era evidente que se iba a fracturar". "Iglesias, ahora con el tiempo creo que con acierto, pensaba que si no teníamos poder en las autonómicas nos iban a matar los poderes, nos iban a descarrilar antes de las elecciones generales. Errejón era más naif en ese sentido: eso era una operación mediático-discursiva y vamos a llegar porque es inevitable", afirma Pascual, que ahora es miembro del think tank CELAG, enfocado en los procesos políticos de América Latina.

Esas divisiones se evidenciaron por primera vez en unas jornadas internas que celebraron el verano de 2014. "Había un vacío de poder en la pata española de Podemos porque Iglesias estaba en Bruselas y la persona que tenía un pequeño aparato político para construir y que sabía lo que había que hacer era Errejón y algunos nos pusimos a hacerlo como lugartenientes, y cuando nos dimos cuenta nosotros teníamos construido el partido. Cuando Pablo vuelve se encuentra con ese pastel y si ese partido hubiese estado alineado con su tesis no hubiera habido ningún problema. El problema era que quien capitaneaba todo aquello tenía una tesis diferente a la suya y, por lo tanto, era un riesgo para él", afirma Pascual. "Sentimos que Iglesias se daba cuenta de que no controlaba el partido al que había puesto cara, y en alguien que tiene tan clara la lectura del poder esto es evidentemente inaceptable e inasumible. Y a partir de ese momento, Iglesias empezó a construir el proyecto para recuperar su partido", añade.

A partir de ahí, según dice Pascual, comenzó la mano de hierro del secretario general. "Tratar de meter bajo la alfombra las discrepancias es un error garrafal que se paga a la larga. Un error de Iglesias fue no haber encontrado la forma de canalizar las discrepancias. No se da cuenta de que no hay gente tan estratega como él". Y junto a Iglesias, una figura clave: Juan Carlos Monedero. "Monedero despreció la gravedad de las cosas que estaba haciendo y diciendo. Inaugura una dinámica que acabó siendo muy dura para nosotros y que luego no fue responsabilidad exclusiva de él, muchos nos metimos en esa dinámica, de visión del otro como adversario político, como enemigo, como golpista, ya ni siquiera es un compañero", explica el que fuera diputado de Podemos en el Congreso.

¿Y al otro lado? "Creíamos que lo que había que hacer, a la vista de que nos iban a destruir, era defendernos de alguna manera, y la única forma que encontramos era localizar un adversario plausible que no podía ser Pablo porque era imprescindible pero sí el pablismo, su Corte". ¿Fue Errejón desleal con Iglesias? "No utilizaría la palabra deslealtad. Tanto él como muchos errejonistas nos cegamos con una dinámica que era extremadamente absorbente. Habíamos perdido de vista lo verdaderamente importante". Dice Pascual que Errejón "confiaba" en que siempre "podría sentarse con su amigo Iglesias y acabar solucionando las cosas". Eso no ocurrió.

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En marzo de 2016, las divisiones internas en Podemos son totales. Errejonistas y pablistas funcionan en grupos paralelos informales. Y en esos chats se dice de todo. Pascual cuenta en su libro que, gracias a un topo, los pablistas leyeron todo lo que decían los seguidores de Errejón, incluido el propio Pascual, que entonces era secretario de Organización del partido. Hasta que el 15 de marzo Iglesias lo destituye. "Era lógico que sabiendo lo que yo decía me quitara de en medio como secretario de organización. Yo hice mal en no dimitir, yo tenía que haber dimitido mucho antes. Es lógico que Pablo me cesara a la vista de los documentos que vio", reconoce hoy, antes de decir que entender la postura de Iglesias es lo que ha permitido que después tuviera "una relación cordial con él". "Iglesias y yo leímos políticamente el momento: a él le tocaba cesarme y a mí no hacer daño a Podemos".

Pascual es apartado, el errejonismo paga así sus movimientos internos y Errejón decide guardar silencio. "Me hubiera gustado que fuera más consensuada la respuesta, pero ya contaba con que Errejón no se iba a enfrentar a Iglesias, aunque él me hubiera dicho que era una línea roja yo sabía que él no se iba a inmolar por esa línea roja", dice Pascual, a pesar de que Errejón le había dicho que si le cesaban él dimitiría. "Yo sabía que no era real, no iba a suceder".

Han pasado siete años de aquel cese. Pascual dice que ha hecho autocrítica y considera que su libro es una catarsis. "Yo sigo siendo militante de Podemos, cuando todo el mundo ya se ha ido, y sigue doliéndome mi partido, es el partido que ayudé a construir". Cuando piensa en el Podemos de 2014 y 2015, ese primer Podemos que él ayudó a levantar, recuerda lo rápido e intenso que fue todo para un equipo joven e inexperto en el mundo de la gestión política. Hasta el punto de reconocer que no sabe cómo lo hubieran hecho de haberles ido aún mejor de lo que les fue en diciembre de 2015, cuando lograron 69 escaños y más de cinco millones de votos. "No sé cómo hubiéramos podido gestionar haber sorpasado al PSOE y eso que era nuestra meta. Me tiemblan las piernas de pensar lo dificil que hubiera sido gestionar el sorpaso al PSOE con nuestra inexperiencia".

¿Y cómo ve las tensiones entre Iglesias y SUMAR, el nuevo proyecto de Yolanda Díaz? "Por lo que ha sufrido, él tiende a ver traiciones, a veces acertadamente y otras veces demasiado anticipadamente", responde Pascual. "Me da la impresión de que se repite un poco la historia: si se acabaran por sentar ellos dos (Díaz e Iglesias) para poner negro sobre blanco cuáles son los problemas y las diferencias los problemas se solventarían, porque además los dos están llamados a llegar a algún tipo de acuerdo, si no la izquierda a la izquierda del PSOE está condenada a estrellarse y con ello el gobierno de coalición y con ello el riesgo de que venga un gobierno de extrema derecha", explica, para decir que el momento actual es aún más crucial que en su etapa. "Si teníamos una responsabilidad importante en 2015, la responsabilidad que tienen ahora mismo los dirigentes al frente de Sumar y de Podemos es absolutamente capital y espero honradamente que la sepan ver. Y que Iglesias entienda que la líder en este momento es Yolanda Díaz y que la tiene que dejar equivocarse un poco. Uno tiene que acompañar a su líder incluso cuando cree que se está equivocando".

Cree Pascual que ambas partes tienen que ceder en sus posiciones para llegar a un entendimiento. "Podemos necesita un poco más de humildad y las partes dominantes necesitan más generosidad", dice.

Víctor M. Olazábal

Víctor M. Olazábal

Subdirector de Hora 25. Antes fue corresponsal en India para diversos medios españoles. Especializado...

 
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