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Alice Winocour: "Los terroristas no acabaron con lo que realmente querían aniquilar, el calor humano"

La directora francesa dirige 'Memorias de París', una película que recupera la memoria de los atentados de Bataclán con la actriz Virginie Effira

Fotograma de la película 'Memorias de París' / stephanie branchu

MADRID

La directora de 'Próxima' (2019) y co-guionista de 'Mustang' (2015) recupera la memoria de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París. En ellos, 131 personas fueron asesinadas y hubo cientos de heridos. Uno de los espacios en los que ocurrió la tragedia fue la sala de eventos Bataclán. Allí estaba el hermano pequeño de Alice Winocour. Él sobrevivió y ha sido una de las personas que, con su testimonio, ha contribuido a la construcción de este largometraje. La masacre late mucho tiempo después en las vidas, no solo de las personas que presenciaron los hechos, sino en sus familias y amigos. Miedos, fobias, depresiones postraumáticas, son las nuevas realidades con las que lidian los supervivientes de los atentados.

'Memorias de París', que pasó por el pasado Festival de Cannes y llega a los cines este viernes, es una historia de ficción inspirada en el horror que se vivió en distintos lugares de la ciudad francesa. La protagonista del largometraje es Mía, una mujer que, tras ser víctima y superviviente de uno de los atentados, ha olvidado lo que pasó dentro de aquel restaurante. Mía emprende un camino de reconstrucción postraumática para tratar de descubrir quién era y, sobretodo, quién quiere ser. Ese personaje lo interpreta la actriz francesa Virginie Effira.

Además, Wincour no pierde la oportunidad de poner sobre la mesa uno de los problemas sociales que golpea a la ciudad francesa. La película refleja cómo, muchas víctimas inmigrantes que trabajaban sin contrato y residían ilegalmente en el país, ni siquiera figuraron en las listas de personas fallecidas. En aquel momento, desaparecieron, se esfumaron. Y nadie reclamó sus cuerpos. La herida abierta que continúa sangrando en Francia y conmueve al mundo ha calado en las historias de otros directores como Isaki Lacuesta quien el pasado 21 de octubre presentó en España una película sobre dos supervivientes de aquella trajedia, Un año una noche, que todavía está en cines.

- Después de 'Mustang' y 'Próxima', ¿Cómo llega la idea de esta película?

Esto viene de un acontecimiento personal. Mi hermano pequeño estuvo en la sala Bataclán en París donde 131 personas murieron y además hubo muchos heridos, pero él sobrevivió. Esta película llega de los recuerdos de aquella noche. Estuve hablando con él a través de mensajes de texto y de las conversaciones que tuve en los meses que siguieron al atentado. Me costó digerir lo sucedido 4 años para poder llevar esta idea a la ficción.

- La historia está basada en tus recuerdos y en los de tu hermano, ¿Cómo ha sido volver a vivir todo aquello?

Ha sido todo un proceso poder llevar este hecho a la ficción. Se ha de tener en cuenta que la ficción nunca estará a la altura de la verdad ni de los testimonios de las víctimas. Pero de todos modos, para mi era necesario que se contara desde la ficción, que quedara claro que el atentado que aparece en la película no había existido, es decir, no pasó en este restaurante ni necesariamente es verídica la historia que cuento, pero sí quería ser fiel a los testimonios, tanto a los de mi hermano como a los de los supervivientes con los que él me puso en contacto. Y, por último, con la visión de los psiquiatras. Cuento la historia de una persona que va buscando una mano por París. Esa mano a la que ella se agarró y le salvó. Realmente, es una investigación tanto a través de su memoria como una investigación por la ciudad de París.

-La película indaga en la herida de la sociedad francesa tras los atentados, ¿Se ha recuperado la sociedad de este golpe?

Sí, por supuesto, es una herida que aún sigue abierta en la ciudad, como lo están muchas otras. De hecho, hay una escena en la película en la que vemos todas esas flores depositadas frente al monumento que los barrenderos están tirando a la basura porque el momento de los homenajes ha terminado. Esto simboliza cómo la ciudad tiene que seguir adelante. Quería mostrar esa idea de un homenaje a la ciudad. Los terroristas no acabaron con lo que realmente querían aniquilar, el calor humano, esa unión que aún continúa.

-¿Cómo has preparado la película? ¿Has estado con supervivientes del atentado? ¿Te has documentado sobre los traumas post traumáticos?

Pues en realidad es un método que siempre establezco, es un 'ir y venir' entre la realidad y la ficción. Tienes que ir hacia los testimonios de aquellos que han pasado por la situación y luego volver a la ficción. Fue lo que hice en 'Mustang' que, aunque no fue una película que yo dirigiese, si no que la escribí con la directora, fuimos a Turquía a hablar con los médicos. En 'Próxima', una obra que se ubica en el espacio, fue el mismo proceso de investigación. Hablar con los astronautas, tener encuentros con distintas personas para tratar de construir esa historia, los personajes, la ficción...

-Este año hemos visto otra película sobre cómo superar un trauma de este tipo en la obra de Isaki Lacuesta 'Un año, una noche'. Tanto esa película como la suya, se centran en la memoria de aquel acontecimiento terrible, ¿Por qué le interesaba centrarse en la recuperación de la memoria?

No he visto la película de Lacuesta pero si que es verdad que hay otras películas que se han estrenado, todas ellas diferentes, inspiradas por el horror del atentado. Normalmente hay que esperar para que el horror se vaya enfriando para poder iniciar ese proceso de reconstrucción y ahí es cuando llega la ficción. En mi caso no hablo concretamente de los atentados, sino que me centro en la reconstrucción postraumática, por eso hay gente que se ha sentido muy identificada con Mía y con otros personajes, y no necesariamente porque estas personas hayan pasado por un atentado, sino por que han tenido vivencias traumáticas como puede ser una agresión sexual. Me interesa cómo navegamos por esos 'restos' del trauma, cómo podemos volver a la vida y hacer ese trabajo de memoria para ver cómo continuar y sobrevivir.

- No pierde de vista la cuestión de clase social y racial en esta historia. Las condiciones laborales para los inmigrantes sin papeles, la precariedad aparecen en la película, ¿Hay también diferencia de clase entre las víctimas de un atentado?

Por supuesto. No solo sociales, sino también hay una diversidad de países representados en la película entre las víctimas. Yo quería mostrar ese París cosmopolita en el que hay gente de todo el mundo y los parisinos, fueran de la clase social que fueran, o de la nacionalidad que fueran, todos se vieron impactados por aquellos atentados. Quería mostrar esa diversidad y cómo las clases sociales, ante acontecimientos traumáticos como este, desaparecen. Se acaba con las barreras sociales y culturales. Cuando la muerte nos roza estando acompañados de alguien se crea un vínculo de hermandad y no importa de dónde vengamos.

 
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