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La atracción por lo terrorífico

Si el miedo no es una emoción agradable, ¿por qué nos gusta tanto ver películas de terror?

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El miedo se produce cuando vemos que hay muchas probabilidades de que nuestra vida esté en peligro y por lo tanto, aprendemos a evitarlo, por eso muchas personas pueden llegar a pensar que este gusto por lo terrorífico sea falta de empatía, pero no, curiosamente es justo lo contrario.

Según la revista psicología y mente, hay varias teorías que justifican este gusto hacia los sustos. La primera es la teoría disposicional, es decir, la importancia de que haya personajes "buenos" y "malos”. Y es que para que la película enganche tenemos que ponernos en la piel del personaje y vivir la aventura con él.

Esta teoría dice que tras las primeras escenas ya hemos decidido quién es el bueno y el malo y podemos gestionar nuestras expectativas sobre qué es lo que va a pasar. Pero siendo realistas, en una peli de miedo sabemos que al personaje bueno le van a pasar cosas malas, y eso nos hace generar más compasión por este. Pues a esto se le llama disposición afectiva, es decir, que le deseas lo mejor a los personajes buenos, y viceversa, lo peor a los malos.

Entonces el gustito viene cuando vemos cómo se resuelve la peli. Por ejemplo, en la peli de “Scream” se mantiene a la misma protagonista a lo largo de las secuelas, manteniendo la empatía y esta disposición afectiva positiva hacia ella y teniendo la expectativa y esperanza de que sobreviva.

Pero, ¿por qué disfrutamos cuando le pasa algo malo al malo?

Esto se debe a la segunda teoría, la teoría de transferencia de activación. Y es que curiosamente, cuanto más sufrimiento se provoca en el espectador, mejor es su valoración de la película.

Esto es porque nos generamos unas expectativas y empatizamos con el “personaje bueno” y cuando esto no pasa nos vamos de alguna manera frustrando, pero mantenemos de alguna manera las esperanzas de que no muera. Entonces cuantas más cosas malas le pasan, más angustia sentimos, pero luego cuando al final de la película tenemos el final esperado nos da mucho más placer, aunque esto sea que muera de la manera más trágica el “personaje malo”.

¿Influye nuestra personalidad en que nos gusten las películas de terror?

Hay un estudio publicado por el profesor de psicología de la Universidad de Delaware, Marvin Zuckerma, que apunta que nuestra personalidad afecta en nuestros gustos. Aquellas personas que buscan mayores niveles de excitación en su día a día, tienden a ver más pelis de miedo porque necesitan vivir experiencias intensas.

Son como pruebas que se ponen que se pueden asemejar a practicar deportes de riesgo como el paracaidismo y el puenting. Resumiendo, nos gustan las pelis de miedo no por falta de empatía, sino por empatizar extra con el personaje bueno y generar unas expectativas de que el malo muera.

 
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