Nosotros

Madrid

Esta semana se ha hablado mucho de Felipe González. Se han cumplido ya 40 años desde aquella victoria abrumadora de 1982, cuando el mundo era joven. Aquella fue una curiosa historia de amor entre un político y un país. Pero nada es eterno y la historia terminó mal, como suele ocurrir. Y aún terminando mal, la despedida fue larga y dolorosa.

Cuando pienso en Felipe González me viene a la memoria aquel bolero titulado “Nosotros”. Supongo que lo conocen, o al menos les suena si lo escuchan. Quizá también sepan cómo nació la canción “Nosotros”. Un joven músico cubano, Pedro Junco, se enamoró de una chica de buena familia, María Victoria Mora. Se veían a escondidas, porque la familia de ella no aceptaba el romance. En 1943, la tuberculosis de Junco se agudizó y se hizo altamente contagiosa. Junco, aislado en un hospital, sólo pudo despedirse de María Victoria a través de un bolero. “Nosotros”, evidentemente. Junco murió a los 23 años, días después de componer “Nosotros”.

Lo que ocurrió entre Felipe y España no fue tan trágico. Sería un poco exagerado apelar a la letra de “Nosotros” para describirlo: “Nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes más. No es falta de cariño, te quiero con el alma, te juro que te adoro y en nombre de este amor y por tu bien, te digo adiós”.

Creo que a partir de 1993, las últimas elecciones que ganó, ni Felipe nos soportaba a nosotros ni nosotros soportábamos a Felipe. Pero habíamos pasado tantas cosas juntos y el país había cambiado tanto, a mejor, que la despedida se hizo difícil. Con el gobierno convertido en un vodevil siniestro (recuerden lo de Luis Roldán), con la economía en crisis, con una crispación insoportable, alargamos la relación más allá de lo razonable. Como esas parejas que se dan una nueva oportunidad cuando saben que la cosa no tiene ya remedio, o deciden esperar a que los hijos se hagan mayores para arreglar el divorcio. Y la relación va pudriéndose.

Han pasado muchos años desde aquel final. No fuimos “tan sinceros” como en el bolero ni nos amamos tanto, tanto. Pero a mí, que nunca le voté, Felipe González sigue evocándome “Nosotros”.