Francisco Marín Castán, un presidente para el Poder Judicial que no quieren conservadores ni progresistas

Madrid

Los servicios jurídicos del Poder Judicial concluyeron que si Carlos Lesmes dejaba el cargo, sus sustituto tendría que ser Francisco Marín Castán. Marín Castán es vicepresidente del Tribunal Supremo y el presidente de sala más antiguo. Miembro de la asociación judicial Francisco de Vitoria, entró en la carrera judicial en 1977 como número uno de sus promoción. Ha ejercido en Albacete, Cádiz, San Sebastián, Huelva y Madrid. Es magistrado del Tribunal Supremo desde el año 2000 y presidente de la sala de lo civil desde febrero de 2014. En 2019 ascendió a número dos del Tribunal Supremo por la jubilación de Ángel Juanes y desde entonces ocupa el cargo de forma interina.

Con fama de trabajador y exigente, Francisco Marín Castán concita el rechazo de vocales conservadores y progresistas. Ambos sectores coinciden en que el presidente del Poder Judicial lo elige el pleno y no los servicios jurídicos del Consejo del Poder Judicial. El informe de los letrados sostiene que el cargo de presidente del Tribunal Supremo y del Consejo es indivisible y que es requisito imprescindible para ejercerlo tener la categoría de magistrado del alto tribunal. A ello hay que sumar que la reforma de la ley impide al órgano de gobierno de los jueces hacer nombramientos. Sin embargo, los vocales conservadores se agarran al artículo de la ley que les permite hacer cualquier acto necesario para el correcto funcionamiento de la institución. Entre esos actos consideran imprescindible el de elegir a su presidente. Los progresistas reclaman que haya bicefalia y que el sustituto de Lesmes en el CGPJ sea el vocal de más edad, el progresista, Rafael Mozo.

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La dimisión de Carlos Lesmes como presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) llega después de innumerables intentos para renovar el órgano de los jueces, incluido el ultimátum a PSOE y PP del pasado 7 de septiembre, que finalmente ha cumplido con el anuncio este domingo de su renuncia. El CGPJ lleva casi cuatro años pendiente de su renovación y en diciembre los vocales cumplirán nueve años en el cargo, cuatro de ellos en funciones. La institución tiene ya dos vacantes y acumula decenas de nombramientos pendientes.

Aunque por razones diferentes, el único precedente de dimisión al frente de la cúpula del Poder Judicial fue la de Carlos Dívar en junio de 2012, tras conocerse que cargó a los presupuestos de este órgano parte del coste de viajes privados.