La guerra dispara los precios y los temores de recesión en Europa

Madrid

Seis meses después del inicio de la invasión rusa de Ucrania la principal consecuencia económica la notamos día a día en nuestros bolsillos. La inflación se ha disparado a niveles históricamente altos en Europa por la gran dependencia de las importaciones energéticas y alimentarias de Ucrania. Además esta subida de precios ha situado a la economía europea al borde de la recesión.

En este medio año, los precios energéticos se han descontrolado primero por la guerra en si y ahora por la amenaza de que Rusia corte el gas a Europa. Esto ha provocado que el gas natural, por ejemplo, haya multiplicado por cuatro su precio en el mercado europeo de referencia. Empezó el año costando unos 70-80 euros por megavatio y ahora mismo está rozando los 300 euros. Un encarecimiento que se traslada inmediatamente al precio de la luz que también se ha disparado en este medio año. En el mercado mayorista, antes de que empezara la guerra pagábamos unos 200 euros por megavatio hora, pero con el estallido de la guerra ese precio llegó a superar los 500 euros y en la última semana se acerca a esos niveles.

Los carburantes son otro de los productos que más ha notado el aumento de precios generado por la guerra de Ucrania. Aunque en las últimas semanas han bajado algo su precio, a día de hoy siguen estando mucho más caros que antes de la guerra. El mejor ejemplo lo tenemos con el precio del litro de gasóleo que costaba menos de 1,5 euros y que, con la guerra, llegó a superar los 2,10 euros por litro.

Cereales, harina y aceites, los más afectados

Además de la energía, el otro grupo de productos que más ha subido de precios es el de los alimentos. Por el encarecimiento del transporte pero también por los problemas de distribución y porque Rusia y Ucrania son grandes exportadores. El precio internacional del trigo es hoy casi un 25% más caro que antes de la guerra. Y el índice de alimentos de la FAO marcó récord justo después de la invasión

Esta subida de precios se nota mucho en nuestros supermercados y tiendas. El aceite por ejemplo, del que Ucrania es gran exportador, se ha encarecido un 44% desde que empezó la guerra hasta el día de hoy. Otro de los productos que más ha subido de precio en estos seis meses es la harina que hoy cuesta un 23% más. Y fuera de los alimentos, otro producto que ha disparado su precio un 20% es el papel porque Rusia es uno de los grandes exportadores de celulosa.

Todos estos datos confluyen en una inflación que, aunque ya era alta antes de la guerra, ha subido mucho más y ha alcanzado en toda Europa récords que no se veían desde hace cuatro décadas. España, por ejemplo, tiene una inflación del 10,8% en el mes de julio y la media de subida de precios en los países europeos es del 9,8%

¿Camino de la recesión?

La subida de precios y la ruptura de los nexos comerciales con Rusia se están ya reflejando claramente en el ritmo de crecimiento de la economía europea. Los últimos datos indican que la actividad empresarial ya se está contrayendo en países como Alemania o Francia. De hecho los datos de PIB del último trimestre ya indican que la economía alemana está estancada y eso aviva los temores a que este país entre en recesión y arrastre al resto de Europa.

Por ahora los datos oficiales a nivel europeo dicen que la economía mantiene su ritmo de crecimiento. En el último trimestre el PIB ha subido un 0,6%, exactamente la misma cifra que en el trimestre anterior. Y en países como España el ritmo de crecimiento se ha acelerado hasta el 1,1%. Pero el temor a las consecuencias que tendría sobre la economía un corte total del gas ruso y la prolongación de la guerra llevan a muchos economistas a no descartar que Europa caiga en una recesión a finales de este año.