Uno de los bomberos heridos por el fuego este verano: "Notaba cómo la piel se iba quemando y dije... ¡tengo que salir de aquí!"

Madrid

La huella que dejan los enormes incendios del verano, con más 200.000 hectáreas calcinadas, no solo son medioambientales. Miles de casas han tenido que ser desalojadas en una decena de provincias y otras tantas han sufrido graves daños. Tres personas que luchaban contra el fuego han perdido la vida, solo en los incendios de Zamora: dos vecinos y un experimentado bombero forestal que perdió la vida en el gran fuego de Losacio.

El miedo, la inseguridad, los nervios y la ansiedad entre la población ha sido más que evidentes cada vez que hemos acercado el micro a las zonas quemadas. En el incendio de Bejís, el presidente valenciano Ximo Puig dijo que el paisaje era "un shock psicológico para los que vuelven a casa tras el incendio". En los incendios de Valencia se viralizó este vídeo de un grupo de bomberos de Castellón a punto de ser tragados por el fuego.

Estos días se llenan de alabanzas las redes hacia los trabajadores forestales, bomberos y militares que han extinguido los incendios. Pero en Hoy por Hoy hemos querido mirar su trabajo entendiendo que ellos, descritos siempre como "valientes", también pasan miedo y viven esta situación con nervios y secuelas físicas que pocas veces se cuentan.

¿Qué se siente en una situación así?

En la unidad de quemados del hospital de Getafe, la SER ha localizado a una persona que nos lo puede explicar muy bien. Se llama Víctor, era manguerista en una brigada Charlie. Lo conocimos a bordo de un camión de extinción en los fuegos de Zamora. Hace unos días nos enteramos de que estaba en el hospital porque nos escribió una pequeña carta. Esta carta y su voz, que hemos escuchado en la antena de la SER, nos hace entender mejor cómo están las cabezas de los que luchan contra el fuego. Este es el texto completo de la misiva:

Hola. Yo personalmente tuve la desgracia de sufrir los efectos de uno de los incendios, lo que ninguno del operativo esperamos que pase.

Estando actuando en el incendio, un repentino cambio de velocidad y dirección del fuego junto con otros sucesos ,el fuego me dejó rodeado y aturdido con la única opción de salir atravesando las llamas pensando en todo lo que eso significa pero que en ese momento no piensas mucho.

Lo peor llega cuando te ves inmerso en medio del mar de fuego, ahí la mente empieza a pensar en todo lo malo que te puede pasar y todo lo bueno que puedes dejar atrás. En ese momento lo peor fue el recuerdo del compañero muerto en un incendio en circunstancias parecidas, entonces desde lo más profundo de mi mente me salió la fuerza para seguir corriendo y buscar la salvación, por mi cabeza pasó de todo en solo unos segundos hasta que por fin el alivio llegó a mi mente tras ver que lo había conseguido, sabía que tenía quemaduras en mi cuerpo pero mi mente solo podía pensar en que lo había conseguido y que ya había acabado el calvario de malos pensamientos. Después todo cambió, la realidad cayó sobre mi y fue hora de pensar solo en el presente, estoy vivo, lo he conseguido, estoy quemado en varias partes y voy a tener que ir al hospital.

Ahora un mes después sigo recuperándome de las heridas, mi cabeza intenta pensar en positivo y en todo lo bueno que me queda por vivir aunque siempre hay momentos en los que todo vuelve a mi cabeza y un gran escalofrío recorre mi cuerpo y encoje mi corazón. Es duro estar alejado de tu gente y de lo que te gusta y sigues viendo cómo el fuego continua con la importancia de no poder ayudar.

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En Hoy por hoy le hemos escuchado contar cómo su compañero y él acudieron a uno de los incendios de este verano en Zamora. Llegaron con su camión y una manguera y tomaron la decisión de intentar salvar una nave agrícola con comida para animales. De repente, el fuego cambió de dirección y a Víctor el fuego y el humo le cegaron: "No ves ni dos metros de distancia, intentas protegerte, te tapas la cara y cuando abres los ojos de nuevo sientes que estás como perdido, que no sabes dónde estás".

Su decisión fue intentar correr hacia abajo en medio de toda esa confusión pero su cuerpo empezó a quemarse: "Yo notaba cómo por dentro del traje la piel se estaba quemando. Y de repente vi el camión. Me subí y mi compañero me dijo "te has quemado la cara". Pero yo sabía que me había quemado por dentro".

¿Qué le pasa a alguien en un momento así por la cabeza? Víctor trata de explicarlo: "Te pasa de todo por la cabeza. A veces piensas que vas a morir, otras que te vas a salvar, pero yo notaba que los llamarazos me iban quemando por dentro". Cuenta además que, ya en el hospital, "piensas en lo que hiciste bien y lo que hiciste mal, piensas en quién tiene la culpa y en quién no... y piensas en la familia, que está lejos".