"La cocina es la manera más fácil de integrar": así funciona el proyecto más sobroso de la Comisión de Ayuda al Refugiado

Moha tiene 33 años y llegó a Madrid hace seis, cuando huía de la guerra que asolaba a su país, a Sudán. Dejó atrás su casa, su familia, sus amigos y se adentró en un país en el que estaba solo. No hablaba ni entendía español. Como él, miles de personas llegan a España cada año para pedir asilo. Huyen de la guerra, de la violencia. Muchos son perseguidos por su raza, su religión o, incluso, su condición sexual. Se juegan la vida para tratar de lograr un futuro mejor. Y cuando llegan a su destino, toca volver a empezar. Para Moha, ese comienzo fue más fácil gracias a la cocina. En el restaurante de la terraza de Casa Árabe, donde trabaja Moha, se pueden probar multitud de platos exóticos: hummus bi lahme (hummus casero con ternera y piñones), zaalouk (ensalada de berenjena asada), pizza libanesa (manoushe), tagine de pollo al estilo marroquí.... Pero el ingrediente más valioso de toda la carta es, con toda seguridad, la integración. Lakook Causas CEAR es un proyecto gastronómico de la Comisión de Ayuda al Refugiado que busca ayudar e integrar en nuestro país a las personas refugiadas a través de la hostelería. Allí fue donde Moha descubrió qué quería pasar el resto de su vida junto a unos fogones. Y ahora, de hecho, no solo ya domina el idioma, sino que trabaja como responsable de cocina. Pero en el restaurante trabajan, en total, 14 personas refugiadas y migrantes atendidas por CEAR. «Es mi pasión», asegura sonriente. A Moha empezó a picarle el gusanillo cuando se dio cuenta de que en España había muy poca oferta de comida sudanesa: «Al llegar empecé a echar de menos la comida de mi país. Me di cuenta de que encontrar comida típica era muy complicado, así que empecé a buscar tutoriales para aprender a cocinarla. Es a lo que me quiero dedicar», explica. Para Aliu (27), que llegó desde Gambia hace menos de dos años, no fue tan fácil. Primero hizo un curso de pintura para la construcción y después uno de cocina. Fue entonces cuando descubrió que era ahí donde encajaba. «Me encanta todo lo que tiene que ver con la cocina, es trabajo, pero siempre estoy aprendiendo», señala. Ambos agradecen que la cocina se cruzara en sus caminos cuando llegaron porque, gracias a ella, pudieron integrarse mejor en nuestro país. «Creo que la cocina es la manera más fácil de integrar a cualquier persona. Para hacer un plato no tienes que saber hablar español, no hace falta», resalta Moha. Su momento favorito es cuando los clientes se dirigen a ellos después del servicio: «Es un placer que una persona que no te conoce, no sabe tu nombre, ni tu pasado, se acerque a felicitarte porque tu plato está muy rico», dice Moha. «Estamos contentos. Cuando los clientes están felices nosotros también lo estamos», señala Aliu. Para ellos, sus platos son una forma de devolver toda la ayuda que han recibido desde que llegaron. Martín Coronado, asesor gastronómico del proyecto, cuenta que el hecho de que los jóvenes tengan un trabajo y se vean produciendo e insertados «les ayuda y les empodera». Explica, que el carácter de la cocina «es un punto de conexión con sus orígenes, con su cultura». Los chicos proponen en Lakook platos muy diversos con lo que quieren llevar su cultura gastronómica a los comensales. «Muchas veces hay diferentes versiones del mismo plato o platos muy distintos», cuenta Coronado. Tanto Aliu como Moha han encontrado ya su vocación delante de los fogones. Ambos quieren seguir aprendiendo para dedicar, por completo, su vida a la cocina. El restaurante, situado en la calle Alcalá, junto al Parque del Retiro, abre todos los días a partir de las 19:00 y los fines de semana, ininterrumpidamente, de 13:00 a 1:00 de la madrugada. Su filosofía, de hecho, se basa en la premisa de que la gastronomía es una herramienta para el empoderamiento y la inclusión con la que se despierta el interés para conocer otras culturas, lo cual supone un inicio para la aceptación y la plena inclusión social. Lakook Causas CEAR también cuenta con un servicio de catering para eventos y un servicio integral de cocina para diferentes espacios colectivos: centros de acogida, colegios, residencias, empresas, Administración Pública... En total da empleo a 92 personas, con 15 cocinas distribuidas entre Madrid, Sevilla, Málaga y Valencia, siendo más del 75% personas solicitantes de asilo, refugiadas o migrantes en itinerario de integración.

"La cocina es la manera más fácil de integrar": así funciona el proyecto más sobroso de la Comisión de Ayuda al Refugiado

En el restaurante de la terraza de la Casa Árabe de Madrid trabajan 14 personas refugiadas y migrantes

Lydia Ramón Espinosa de los Monteros