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No es solo un problema de salud mental, es un problema de salud pública

Por suerte, ya hablamos sin estigmas de la salud mental, la ansiedad, la depresión o el suicidio, aunque no baste con que hablemos: hay que entenderlo también

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Hace ahora tres meses, Sanidad abrió el teléfono de prevención del suicidio, el 024. Ayer actualizó la cifra: recibe 300 llamadas al día. Durante muchos años, todos (también los medios de comunicació) decidimos no hablar del tema. Y el tema es que cada dos horas y cuarto, alguien se quita la vida en este país. Casi 1.000 muertos al año, de los que un tercio son jóvenes o adolescentes. Chicos de 14, de 15, de 20 años.

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Nos ha costado hablar del tema y que deje de ser un tabú. ¿Cómo ha podido ser un tabú la primera causa de muerte no natural en España? Por suerte, ya hablamos sin estigmas de la salud mental, la ansiedad, la depresión o el suicidio. Aunque no baste con que hablemos: hay que entenderlo también. Inciden mucho los expertos en que el suicidio no tiene solo una causa. No es cosa de: estaba mal, pasaba por un mal momento, se quitó la vida... Las cosas suelen ser más complejas.

No es solo un problema de salud mental, nos dijo hace poco Miguel Guerrero, que coordina la unidad de prevención del suicidio del hospital Virgen de la Victoria de Málaga. Por entenderlo mejor: una de las franjas con más muertes está entre los 40 y los 55 años. En que alguien quiera quitarse la vida tiene que ver la vida que pueda llevar. Guerrero nos citó estudios internacionales que demuestran esta relación: cada vez que sube el paro un 1% en un país, la conducta suicida sube casi un 1%, un 0,8%. No es solo un problema de salud mental del que tenemos que hablar. Es un problema de salud pública. Hoy, solo hoy, 300 personas llamarán al teléfono 024.

 
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