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Asclepio, el gran dios de la medicina

Sobre Asclepio, el Esculapio en la mitología romana, no hay muchos datos, como suele suceder con los dioses grecorromanos, y nos tenemos que fiar de esos cronistas (como Píndaro y Homero) que quisieron poner por escrito sus aventuras y desventuras

Asclepius in Ampuries, Girona province, Spain / curtoicurto

Nos dicen que era hijo de Apolo y de una mortal llamada Coronis y que tuvo varios hijos. En lo que sí se ponen de acuerdo es que era el dios de la medicina y la curación. Se le representa con una serpiente enrollada en un bastón y a veces también con piñas, coronas de laurel y un perro. Los miembros de la familia de Asclepio también ejercieron funciones médicas así, su mujer Epíone calmaba el dolor, su hija Hygeia dio nombre a la palabra higiene, su otra hija Panacea es el remedio universal para cualquier enfermedad y sus hijos Macaón y Podalirio eran dioses protectores de los cirujanos.

Fue instruido por el centauro Quirón en el monte Pelión, en Tesalia, en el arte de las hierbas medicinales, siendo maravillosas sus curas e incluso era capaz de resucitar a los muertos con la sangre de la Gorgona, como sucedió en el caso de Hipólito, el hijo de Teseo. Al dios Zeus no le gustó nada esa habilidad y temeroso de que el Hades quedase despoblado, lo fulminó con un rayo. Asclepio fue llevado entonces a los cielos, convertido en deidad y se le concedió la inmortalidad. Lo más interesante es que su nombre dio lugar a los Asclepeion, santuarios de sanación donde acudían miles de peregrinos y enfermos para practicar la “incubatio” o incubación de sueños. Los templos de salud en la Grecia clásica aparecen alrededor del siglo VI a.C. siempre dedicados al culto a Asclepio que tuvieron una rápida difusión llegando incluso hasta Egipto, donde fue identificado con Imhotep y Serapis. Los santuarios más importantes fueron el de Epidauro, el de Tricca (para algunos autores el más antiguo conocido), el de Lebén y el de la isla de Cos, cuna de Hipócrates.

En el año 291 a.C. se construye en Roma el primer templo dedicado a Esculapio en la isla Tiberina, en el río Tíber, a raíz de una peste que asoló la ciudad. La fama de estos templos fue tal que, durante el inicio del cristianismo fue compartido el culto a Cristo con el de Asclepio. Cada Asclepeion era un conglomerado de instalaciones cuyo tamaño dependía de su importancia. La estructura predominante era un templo principal donde se encontraba la estatua del dios, un tholos donde había un estanque para los ritos de purificación y el abaton, una sala subterránea en la que dormían los enfermos para que se produjese la “incubatio”. Los enfermos dormían juntos y, una vez apagada la iluminación, se les exigía mantenerse en silencio. La interpretación de esos sueños inducidos por parte de los sacerdotes les indicaba el tratamiento a seguir para recuperar la salud.

Recuerden que el “juramento hipocrático” empieza con estas palabras: “Juro por Apolo el médico y Esculapio y por Hygeia y Panacea y por todos los dioses y diosas, poniéndolos de jueces, que este mi juramento será cumplido hasta donde tenga poder y discernimiento”.

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